A la izquierda, el actual primer ministro Verhofstadt y a la derecha el ganador de las pasadas elecciones, Leterme. /REUTERS
tras 196 días de vacío de poder

El Parlamento belga respalda el nuevo gobierno interino de Verhofstadt

El Ejecutivo temporal, formado por 14 ministros de cinco partidos diferentes, se encargará de gestionar los asuntos más urgentes

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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El pasado miércoles Bélgica encontraba una solución temporal a la peor crisis política de su historia gracias al acuerdo forjado por el primer ministro saliente, el liberal flamenco Guy Verhofstadt, con el resto de los partidos. Tras meses de bloqueo en las negociaciones para formar un Ejecutivo salido de las elecciones del pasado mes de junio, finalmente, será una coalición de cinco partidos con amplia representación francófona la que se haga cargo del país de forma transitoria. Así lo ha respaldado hoy la Cámara de Representantes belga quien ya le ha puesto tarea al nuevo gobierno interino: la elaboración de un presupuesto para 2008.

Con 97 votos a favor, 46 en contra y una abstención, el programa de Gobierno planteado por Verhofstadt ha recibido el visto bueno, 196 días después de las elecciones legislativas del 10 de junio, que habían una profunda crisis en el país por la incapacidad del ganador de los comicios, el democristiano flamenco Yves Leterme, de formar una coalición de Gobierno.

Leterme se esforzó durante meses en sacar adelante una coalición 'naranja-azul', compuesta por democristianos y liberales de las dos comunidades lingüísticas, pero acabó fracasando debido a que las demandas de más descentralización administrativa de los flamencos chocaron con el temor de los francófonos a la desintegración del país.

Finalmente, el Rey Alberto II encargó al actual primer ministro la formación de un Gobierno interino, encargado de gestionar los asuntos más urgentes -como el presupuesto del año que viene y la subida de los precios- y de poner las bases a la ya inevitable reforma institucional.

La coalición 'violeta'

Para salir de la crisis, Verhofstadt ha incorporado a la coalición 'violeta' que dirigía -con liberales y socialistas de las dos comunidades- a los democristianos flamencos del CD&V (el partido de Leterme) y francófonos del cdH.

En el Gobierno interino no estarán ni los socialistas flamencos, que tras su derrota en las urnas en junio han insistido en permanecer en la oposición, ni el partido nacionalista flamenco N-VA, aliado electoral de Leterme, y que fue uno de los grandes escollos en las negociaciones de los últimos meses. La coalición de crisis será por tanto "asimétrica", con tres partidos francófonos por dos flamencos, algo inusual en el país.

El nuevo Ejecutivo tendrá dos vicepresidencias, que ocuparán Leterme y el líder del MR (liberales francófonos), Didier Reynders, ambos encargados de la cartera de Reformas Institucionales.

Leterme, que debería tomar al relevo a Verhofstadt y convertirse en primer ministro el próximo 23 de marzo como muy tarde, se encargará, además, de Presupuesto y Movilidad, y Reynders seguirá al frente del Ministerio de Finanzas.

Un ministro menos

El gabinete interino cuenta en total con catorce carteras, incluida la del premier, repartidas entre los democristianos flamencos del CD&V (cuatro), los liberales flamencos del Open Vld (tres), los reformistas francófonos del MR (tres), los socialistas francófonos del PS (tres) y los "humanistas" francófonos del cdH (una).

Este gobierno es una versión reducida del habitual, pues cuenta con un ministro menos y no tendrá secretarios de Estado.

Reforzada la imagen de Verhofstadt

En la presentación de su programa, Verhofstadt se ha comprometido a impulsar el diálogo para allanar el camino a un Gobierno estable y ha asegurado que acometerá el inevitable debate para la reforma institucional.

En enero comenzará a trabajar un equipo de doce personas, de los grandes partidos democráticos, bajo la dirección de Leterme, para diseñar un 'Pacto en favor del Estado federal renovado'. Pero aún más urgente es la elaboración de los presupuestos, que se enfrentan este año al problema añadido de la inflación -que alcanzó el 2,9% en noviembre- y las quejas ciudadanas por la pérdida de poder adquisitivo.

Verhofstadt, que encajó una severa derrota en las elecciones de junio, sale reforzado de esta crisis y con un nivel de popularidad en toda Bélgica muy superior al del ganador de los comicios, Leterme, cuyas bromas y meteduras de patas, casi siempre dirigidas contra los francófonos, han provocado que tenga muy mala imagen en el sur del país.