Una fuente con historia
LA VOZ entrega mañana la cartilla para conseguir la bandeja de horno de Vista Alegre el cinco de enero
Actualizado: GuardarDespués de ofrecer la vajilla de mesa, de desayuno y las piezas especiales LA VOZ lleva el lujo a los últimos rincones de las cocinas de los gaditanos. En este caso, hasta el horno, con la fuente Stoneware de Vista Alegre que los lectores podrán adquirir el día cinco de enero a cambio de la cartilla de cupones y más 9,95 euros.
La primera se entregará mañana día 23 con el ejemplar de LA VOZ y tendrá que rellenarse con los cupones que los lectores encontrarán cada día en el periódico hasta el día cinco.
La recompensa será una fuente de la prestigiosa fábrica portuguesa especial para el horno convencional pero que puede servir con total fiabilidad en el microoondas o el congelador. De hecho, la fuente está fabricada con la marca de Stoneware, un tipo de cerámica distinguida por la temperatura a la que se cuece y a la que madura, entre 1.200 y 1.315 grados. Los científicos la definen como densa, impermeable y muy resistente a los arañazos, más opaca que la porcelana.
Prestigio mundial
Si hay que buscar un sinónimo de lujo, clase y calidad en el ámbito de la porcelana, éste es sin duda Vista Alegre, una de las marcas más prestigiosas del mundo que tiene presencia en los armarios de personalidades de todo el mundo.
No en vano, la producción de esta reconocida casa -con más de 180 años de antigüedad- viste las mesas de casas reales -incluida la española-, presidentes y celebridades e incluso las vitrinas de museos primordiales, como es el caso del Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Fue en 1824, cuando José Ferreira Pinto Basto decidió crear su sueño: una fábrica propia de porcelanas y vidrios. La Quinta de Ermida, un hermoso paraje cerca de la villa de Ilhavo (Portugal) y a orillas de la Ría de Aveiro, fue la elegida para comenzar esta andadura empresarial y artística que ha llegado con éxito a nuestros días.Vista Alegre es una de las pocas empresas a las que todavía se puede llamar de manufactura, debido a que mantiene con técnicas de producción artesanales que llegan hasta las cocinas de los lectores de LA VOZ.
