Incógnitas financieras
El último pleno de la VIII Legislatura, celebrado ayer por el Congreso de los Diputados, logró devolver la sensación de estabilidad que el Ejecutivo había perdido a cuenta de la incierta mayoría de la que ha venido dotándose para la tramitación parlamentaria de sus proyectos. Al levantar el veto del Senado a los Presupuestos de 2008 se demostró que para la mayoría de la Cámara nada sería peor ante los retos públicos del próximo ejercicio que la prórroga de las cuentas de 2007. La negociación de las diversas partidas a la búsqueda de los imprescindibles apoyos y la asunción por el Gobierno de demandas no consignadas en el correspondiente apartado de ingresos han provocado un descuadre de en torno a 230 millones de euros. Aunque el superávit con el que opera el Estado es perfectamente capaz de enjugar dicha anomalía contable. Sin embargo, sea cual sea el partido llamado a formar el gobierno resultante de las elecciones del próximo 9 de marzo, es probable que se encuentre con la necesidad de ajustar más a fondo las previsiones en las que se sustentan los presupuestos para el año próximo. Hay razones para pensar que la desaceleración económica no va a quebrar sustancialmente la capacidad del crecimiento español para generar empleo; y que el retraimiento que está experimentando el sector inmobiliario acabará compensado en lo fundamental por el dinamismo de otros sectores. Pero el cierre de esta legislatura presidida por Rodríguez Zapatero deja para el próximo ejercicio incógnitas financieras que podrían llegar a cuestionar la solvencia de la carga social que ha querido imprimir a su mandato.
Actualizado:La más importante de ellas será la puesta en práctica de lo previsto en la Ley de Dependencia, un instrumento legislativo de extraordinaria importancia en tanto que prioriza la solidaridad orientada a la integración de los sectores más desprotegidos en una sociedad que envejece y en la que la familia ha experimentado cambios que reclaman una mayor implicación colectiva. Al salvar el riesgo de la prórroga presupuestaria, la mayoría que secundó ayer al Gobierno consiguió mantener los propósitos inversores en que se basaban fundamentalmente los acuerdos parlamentarios. Pero el Ejecutivo entrante deberá acometer, dentro del marco general de los presupuestos aprobados, la tarea inmediata de asegurar las coberturas sociales comprometidas por ley.