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Francia, juguete de su niño-rey
Sarkozy comienza a provocar críticas por aunar sus vidas privada y pública
Actualizado: GuardarSarkozy tiene muchos admiradores en España, donde se ha convertido en un modelo de gobernante a imitar. En Italia le adoran porque pretende convertir en reina del Elíseo a Carla Bruni. Pero en Francia comienza a perder el apoyo incondicional que le llevó hasta la presidencia de la República con alrededor de veinte millones de votos. O al menos así lo piensa Le Monde, el diario referencia del país vecino y biblia de los conservadores galos.
El vespertino, sin duda el rotativo con mayor prestigio de Europa, dedicó en su edición de ayer un demoledor análisis sobre el modo en el que Sarkozy instrumentaliza su vida privada para obtener réditos políticos. Y en concreto critica con crudeza el tratamiento mediático que el presidente da al idilio que mantiene con la ex modelo y cantante italiana Carla Bruni. Sus páginas se hacen eco de un debate que engorda en las Galias sobre la delgada frontera entre lo público y lo particular de los personajes públicos.
Le Monde repasa los «golpes de efecto» de Sarkozy, como la liberación de las enfermeras búlgaras, el rescate de las azafatas españolas retenidas en Chad, su mediación para conseguir la liberación de Ingrid Betancourt, los encuentros con ferroviarios en huelga o los alardes de virilidad exhibidos durante una discusión que mantuvo con los pescadores bretones que protestaban por la subida del precio de los combustibles.
El periódico no escatima tipografía para denunciar lo que denomina Sarko-Show y que, en su opinión, no se trata sino de telecracia. «Con un innegable sentido del espectáculo, el jefe del Estado multiplica estos episodios, utiliza los resortes clásicos del poder, del dinero y del sexo, y se reserva el papel de héroe de corazones», añade. «El único problema es que no estamos en una serie de televisión, sino en la realidad, en la cumbre de la República francesa, la séptima potencia mundial». El culebrón Mujeres desesperadas en El Elíseo, según Le Monde, ofreció su primer capítulo nada más llegar Sarkozy a la presidencia. Pronto, para elevar la tensión del guión, mostró un momento cruel, en el que alguien tiene que desaparecer y fue Cécilia, la heroína, quien se fue (...). Tras unas semanas de tanteos y ensayos, el mismo estudio acaba de lanzar una nueva serie: Más bella la vida en El Elíseo. El decorado es el mismo, el personaje principal también, pero a su lado «Carla ha sustituido a Cécilia», sostiene en sus páginas el diario.
«Extravagante mezcla»
El rotativo considera que Sarkozy ha transformado la función presidencial seguramente mucho más que todos sus predecesores y todas las revisiones constitucionales desde hace casi medio siglo, pero con ello ha hecho saltar por los aires «la imagen, la práctica y los valores». Critica, en definitiva, que haya borrado la seriedad a que obliga su cargo en beneficio de una «extravagante mezcla de géneros donde las penas y alegrías presidenciales se ofrecen como pasto al pueblo», y le acusa de querer transformar a los ciudadanos en espectadores del Sarko-Show.
Y Le Monde deja sus críticas más feroces para el final de su artículo de censura. «En resumen, -dice- reemplazar la democracia por la telecracia, tiene sus riesgos. Incluso para el presidente, condenado a hacer cada vez más para un país transformado en magnífico juguete del niño-rey».
En Francia, todos, incluidos los políticos de la oposición, reconocen que el inquilino del Elíseo es un maestro en el arte de sacar provecho de la combinación que nace al juntar sus vidas privada y pública. Si quienes le precedieron intentaron mantener ocultos los devaneos amorosos conocidos por todos los franceses pero nunca publicados en papel cuché, Sarkozy se deja fotografiar en Eurodisney con Carla pero reprime su tendencia a la locuacidad para mantener un silencio oficial que, sabe, acrecienta el golpe de efecto.
Cuenta además como el apoyo de la revista París Match, propiedad Arnaud de Lagardere, a quien Sarkozy considera un gran amigo. El semanario difunde el cuento de enamorados nacido en compañía de Micky Mouse y en su última edición muestra todas las imágenes obtenidas en casa del ratón más famoso del mundo, además de presentar al presidente íntimo en el Elíseo desayunando en la cocina con sus hijos o haciendo 'footing' en los jardines mientras escucha canciones románticas del armenio Charles Aznavour. No es extraño, París Match ya recurrió al Photoshop el verano para eliminar un michelín de su presidente en una fotografía de sus vacaciones en canoa. De Lagardere es, sin duda, un buen amigo.