Bush obvia condenar la destrucción de cintas de la CIA con abusos a prisioneros
En su última rueda de prensa de 2007 dice que su paciencia con el presidente sirio se agotó «hace mucho tiempo»
Actualizado:El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, despide el año obviando las últimas polémicas que se ciernen sobre la Casa Blanca y en su postrera conferencia de prensa de 2007 dejó claro ayer que, de momento, no tiene ninguna intención de llevar a los tribunales a los responsables de la destrucción de cintas que mostraban un trato abusivo a dos sospechosos terroristas durante un interrogatorio.
Para el mandatario estadounidense todavía quedan muchos cabos por atar para determinar los pormenores que giran alrededor de la destrucción de esta grabación a finales de 2005. A día de hoy, tanto el Departamento de Justicia como la CIA investigan lo ocurrido. Bush se lavó las manos y aseguró desconocer la existencia de dichas cintas o su posterior destrucción hasta hace apenas un mes cuando Michael Hyden, director de la Agencia Central de Inteligencia le puso al corriente de los acontecimientos.
«Creo que ha quedado muy claro que conocí los hechos cuando Hyden se puso en contacto conmigo», aseguró el presidente. «Hasta que las últimas investigaciones no se den por concluidas no expondré mi opinión al respecto», añadió.
Por supuesto, en el Congreso buena parte de los demócratas han expresado su condena mientras que un juez federal ha exigido a los fiscales que comparezcan hoy mismo para determinar si la destrucción de las cintas viola una orden realizada por el mismo magistrado en la que obligaba a preservar cualquier clase de evidencia relacionada con los prisioneros encarcelados en la base militar estadounidense de Guantánamo, en Cuba.
Pero el presidente norteamericano también tuvo tiempo para mostrar sus opiniones en lo que a Irak se refiere. Bush no se mostró nada satisfecho con los progresos políticos que se llevan a cabo en la zona, aunque insistió que se ha producido algún que otro avance. «Hay un gobierno en funcionamiento», aseveró el mandatario, pero «¿estamos contentos con los progresos en Bagdad?, no», añadió.
Aunque la violencia en el país árabe a comenzado a decrecer en los últimos meses después de que EE UU desplegara alrededor de 30.000 efectivos más en la zona, lo cierto es que el actual Gobierno iraquí ha registrado poco avances en su esfuerzo por reconciliar políticamente a la mayoría chií con la minoría suní. El inquilino de la Casa Blanca dejó claro que «todavía tiene mucho trabajo por delante».
El experimento afgano
Bush, completamente confiado de que los republicanos ganarán las próximas elecciones, también hizo referencia a Afganistán y ratificó su preocupación de que buena parte de los aliados de EE UU «se cansen» y abandonen sus operaciones en la zona. Por eso explicó que el experimento democrático en el país afgano llevará tiempo para asentarse, pero «funcionará».
Durante la conferencia de prensa, Bush también aseguró que su paciencia con el presidente sirio, Bachar al-Asad , se agotó «hace mucho tiempo» e hizo un claro llamamiento a Damasco para «se mantenga fuera de Líbano».
Por último, en medio del 'tsunami' provocado por las hipotecas de alto riesgo en los mercados financieros estadounidenses, el presidente se mostró «de acuerdo» con que algunos bancos como Citigroup o Morgan Stanley estén aceptando ayuda financiera de gobiernos como los Abú Dhabi o China para sortear la crisis.