Albelda llora el desprecio del Valencia

Albelda llora su feo adiós como valencianista, advierte a quienes le despiden que el club es de los aficionados, y promete seguir en activo para poder desquitarse en la próxima Eurocopa. Seguirá metiendo la pierna como medio de cierre. Cañizares, en cambio, barrunta su retirada porque asume que a los 38 años es misión casi imposible buscarse algún buen contrato en el competitivo mundo del fútbol. «Es difícil que a esta edad apuesten por uno», acepta con resignación.

Horas después de que el protagonismo recayera en Koeman y de que el presidente Juan Bautista Soler acometiera su limpieza en la sombra, llegó la hora de que los principales damnificados por la crisis ofrecieran sus explicaciones. Después, sus seguidores decidieron convocar una manifestación por mensajes de móvil.

Cañizares, tranquilo

«Me voy muy jodido pero más vale morir de pie que vivir arrodillado». David Albelda, hasta el martes capitán y buque insignia del Valencia, sabe que tiene los días contados en la entidad blanquinegra, lamenta que le hayan puesto la cruz «dirigentes sin categoría», y piensa emigrar a otra Liga -le llegan cantos de sirena de Inglaterra e Italia para poder cumplir el objetivo de defender a su selección en el Europeo.

Cañizares, por su parte, invitó «a quien corresponda» a que le dé «un porqué de esta situación». «No le he hecho daño a nadie, sólo he manifestado mi compromiso absoluto con este club día a día. Esto me permite estar tranquilo y tener la dignidad intacta para poder mirar a la cara a quien quiera en este club. Pueden hablar conmigo porque no soy un extraño sino un enamorado de este club y de esta ciudad, donde es muy probable que establezca mi residencia para el futuro», proclamó el guardameta, sin ambages.