«Me atrae la enfermedad»
La delicada actriz canadiense da el salto a la dirección con una emotiva historia sobre el amor, las relaciones y el alzhéimer con un barniz de humor
Actualizado: GuardarLa actriz de Mi vida sin mí rescata para el cine a Julie Christie en un deslumbrante filme sobre el desgarro que produce la irrupción del alzhéimer en una pareja de viejos enamorados. Ex estrella de Disney, Sarah Polley se ha alejado de ese mundo edulcorado para labrarse un cierto nombre como actriz contestataria y reivindicativa. A la musa de Isabel Coixet se le da bien el cine independiente y ahora se zambulle en él como directora de la mano de una emotiva historia sobre una pareja de ancianos cuya relación se rompe por la irrupción de la enfermedad.
-¿Por qué el alzhéimer?
-Cuando leí el relato corto de Alice Munro The bear came over the mountain me pareció la historia de amor más bonita que había tenido entre mis manos. Se pregunta qué sucede con gente que lleva viviendo unida tanto tiempo y que basa una parte muy importante de su relación en la memoria, en el recuerdo. El alzhéimer hace que todo se desmorone. Siempre nos acordamos del inicio del amor, pero no de lo que viene después.
-Has tenido la suerte de contar con Julie Christie...
-Sí. Trabajé con ella hace años y nos hicimos muy buenas amigas. Necesitaba su presencia para un papel que va más allá de las palabras. Veía su cara en el personaje y habría sido muy duro para mí rodar la película sin ella. Interpreta a una mujer divertida que sabe contener el dolor que le genera el avance de la enfermedad. Por eso, requería a una actriz que aportara ligereza y profundidad al mismo tiempo, capaz de hacer bromas que contienen mucho dolor.
-¿Te atrae la enfermedad como temática?
-Sí, desde luego. La enfermedad ha formado parte de mi vida de forma muy importante. Mi madre murió de cáncer cuando yo tenía 11 años. Creo que es natural que me sienta atraída por ello.
-Es una película muy madura, impropia de alguien de 28 años.
-¿Lo crees así? Muchas gracias. Pero no me siento especialmente madura. Creo que he tenido mucha curiosidad por aspectos que a otras personas de mi edad no les llaman la atención, como el medio ambiente, la política... Soy muy curiosa. Pero no creo que sepa más, simplemente me gusta profundizar en los temas y hacer una película es una buena forma de encontrar respuestas a determinadas cuestiones.
-Reflexionas sobre la fidelidad.
-Sí, sobre lo que de verdad significa esa palabra. Y también sobre la solidaridad y la generosidad. Los personajes deben descubrir lo que es el sacrificio.
-Estás comprometida con temas políticos.
-Ya, pero no es un verdadero compromiso. Es muy complicado para mí. Tengo muchas inquietudes políticas, pero me cuesta expresarlas. Es genial cuando alguien comprometido ofrece su opinión públicamente y hace campañas, pero yo no me veo capaz de participar políticamente en ese sentido.
Miedo al cine político
-¿Y no te gustaría rodar una película de denuncia?
-Me gustaría, pero no es nada fácil. Hay pocos directores capaces de hacer bien ese tipo de cine, como Ken Loach. Creo que hay que tener una sensibilidad especial y me da miedo adentrarme en ese terreno, sobre todo porque tampoco tengo una idea clara en mente.
-Debutaste en el cine con Las aventuras del barón Muchausen, a los cuatro años. ¿Cómo recuerdas tu infancia?
-Mi vida ha ido muy bien, por suerte, pero también creo que no es la vida idónea para un niño. Mis padres eran actores y también mi hermano participó en películas cuando era un niño, pero ser actor implica demasiada responsabilidad. Si tengo hijos no querría que fueran actores, eso seguro. Es una vida muy peculiar.
-No sueles llevar ropa de diseño ni posar como modelo.
-Nunca le he dado mucha importancia a ese tipo de cosas, es cierto. Me cuido y me visto como una persona normal. No me gusta hacer anuncios de publicidad ni aparecer en muchas fiestas. De todos modos, siendo realista, no creo que tuviera mucho éxito como modelo.
-¿Volverás a trabajar con Isabel Coixet?
-Eso espero. No tengo ni idea, pero lo espero.