Verhofstadt alcanzó un acuerdo que permitirá negociar el presupuesto de 2008 y tomar varias medidas urgentes. / EFE
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Bélgica consigue esquivar con un Gobierno temporal la peor crisis política de su historia

Verhofstadt, tras medio año de caos, alcanza un pacto para que un Ejecutivo interino gestione el país hasta marzo

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Bélgica ha encontrado al fin una salida, aunque sea temporal, a la mayor crisis política de su historia. Tras seis meses sin ser capaces de formar Gobierno por las crecientes tensiones entre flamencos y valones, el primer ministro saliente, el liberal flamenco Guy Verhofstadt, ha conseguido formar un Ejecutivo para dirigir el país con carácter interino durante tres meses. En ese tiempo de gestión de urgencia se negociará una solución definitiva al caos que preside la vida pública belga desde que se conocieron los resultados de las elecciones del pasado mes de junio.

El acuerdo para la formación del Gobierno interino fue alcanzado la pasada madrugada y permitirá la instalación, antes de que acabe la semana, de un Ejecutivo pentapartito que tendrá catorce ministros, uno menos que el Gabinete definitivo, y competencias amplias para acometer las decisiones más urgentes.

Fue el rey Alberto II quien había encargado el lunes a Verhofstadt que negociara con los principales partidos la formación de un gabinete de crisis, después de que el ganador de las elecciones, el democristiano flamenco Yves Leterme, renunciara por segunda vez a la tarea de formar Gobierno.

Leterme tiró la toalla más de seis meses después de las elecciones generales de junio, en las que las familias políticas democristiana y liberal resultaron ganadoras. Sin embargo, en todo ese tiempo los partidos de la llamada coalición 'naranja-azul' fueron incapaces de ponerse de acuerdo sobre un programa común de gobierno.

La descentralización

En el centro de todo está la exigencia flamenca (representante de un Norte rico) de acometer una nueva descentralización del Estado. Y, por supuesto, la idea ha topado con el unánime rechazo francófono (del Sur, menos rico) y ha hecho imposible hasta ahora el entendimiento.

El gobierno provisional se ocupará de la negociación del presupuesto de 2008, de iniciar algunas reformas económicas y sociales urgentes y de despejar el camino para la revisión de la Constitución, entre otras tareas.

Integrarán el Gabinete cinco partidos: los liberales flamencos del Open Vld (la formación de Verhofstadt ), los socialcristianos flamencos del CD&V (el partido de Leterme), los socialistas francófonos del PS, los reformistas francófonos del MR y los humanistas francófonos del CdH. Se trata de una coalición 'asimétrica' (tres partidos francófonos y dos flamencos), algo inusual en este país. Según ha informado la agencia Belga, el CdH fue el que más resistencias puso a entrar en un Ejecutivo interino, aunque terminó aceptando de madrugada la última oferta de Verhofstadt.

El Gobierno transitorio, construido sobre la base de la coalición 'violeta' saliente (liberal-socialista) y con la incorporación de los democristianos (CD&V y CdH), ganadores de las elecciones de junio, podría obtener la confianza del Parlamento el sábado o domingo. Cuando eso ocurra, pondrá en marcha dos negociaciones, una sobre las reformas institucionales y otra sobre las reformas económicas, medidas de cohesión social y política medioambiental, con el objetivo de permitir la constitución de un Gabinete definitivo.