Vivir a la antigua usanza

Manolo está cansado. Lleva desde el año 96 solicitando al Consistorio y a Sevillana que de una vez por todas le instalen la luz en su casa para poder «hacer una vida normal». Él es uno de esos vecinos que reside en la barriada de Las Flores aún sin suministro eléctrico, aunque en su caso su vivienda «cuenta con todos los papeles necesarios para poder ser legal. Tengo las escrituras, los permisos de Urbanismo... En el año 96 el Ayuntamiento nos otorgó las licencias para la instalación de agua y electricidad, pero por una serie de problemas la luz no llegó. Este año he vuelto a conseguir el permiso de la GMU para la instalación del sistema eléctrico e incluso tenemos las arquetas preparadas pero desde Sevillana sólo ponen problemas», según explica Manolo Cabello.

El problema principal se encuentra en «una serie de contratiempos administrativos internos de la compañía ya que ellos necesitan un documento que en estos instantes tiene una empresa auxiliar con la que trabaja Sevillana», asevera este vecino con notable indignación.

Este documento avala que Manolo pagó la reparación de «un cable que cortaron para evitar que me enganchara a un vecino para poder tener luz en casa. Tras esto me sancionaron con 900 euros, una cantidad que se suma a la que debo pagar de otra amonestación perteneciente a 2006», como indica el propio afectado.

No obstante, «no me dan la corriente eléctrica. Al principio la excusa era que no encontraban la licencia de Urbanismo, ahora es el papel que debe llegarle desde la empresa auxiliar y lo cierto es que llevan mes y medio dándome largas y estamos a las puertas de la Navidad», sentencia Manolo.

Una realidad que ha provocado que tanto sus dos hijas pequeñas (una tiene 13 años y otra siete) como su mujer se estén habituando a vivir a la antigua usanza, rodeados de velas cuando entra la noche. «En la mayoría de las ocasiones nos ayuda mi hermano que vive junto a nosotros, pero no tener luz es un problema para todo. La comida tenemos que hacerla fuera de casa, la ropa se lava en la vivienda de mi hermano, mi hija mayor no puede estudiar y muchas otras dificultades que intentamos superar de la mejor forma posible», cuentan desde Las Flores.

En el número 12 de la calle Toldo tampoco hay calefacción y sus inquilinos están desesperados. «Cuando era pequeño, en la época de Franco, pasé muchas calamidades, y ahora en los tiempos que corren estamos igual», asegura este jerezano. Algo que «esperemos que cambie en los próximos días con un poco de voluntad por parte de Sevillana».