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A tres bandas

Mientras Condoleezza Rice, estaba en suelo iraquí, el ejército turco dio ayer otra prueba de su desenvoltura política y diplomática en su decisión de combatir a los kurdos del PKK: unos trescientos soldados suyos entraron en Irak. La coincidencia puede ser eso, pero es poco probable que el Estado Mayor turco no haya tenido el detalle de informar previamente a los colegas americanos de lo que iban a hacer después de su exhibición del domingo, cuando unos sesenta aviones entraron a fondo en Irak y bombardearon campamentos del PKK en su remoto rincón de Kandil, en el confín de Irán. El gobierno iraquí protestó contra la ultrajante violación de su soberanía, el gobierno kurdo regional lo calificó de inaceptable y en Ankara se cometió el peor de los pecados: los militares dijeron no solo que tenían la luz verde de Washington, sino que habían utilizado informes de inteligencia norteamericana para seleccionar los blancos. Para la Casa Blanca debió ser difícil escoger porque, y esto es muy notable, Washington tiene relaciones especiales, de cooperación y destinadas a durar con las tres partes y juega a tres bandas: iraquíes puestos tras la caída de Saddam, kurdos del norte, bajo protección suya desde la Primera Guerra del Golfo y Turquía, socio en la OTAN con una gran hoja de servicios en la guerra fría. Pero habrá recibido, con toda probabilidad, seguridades turcas de que las incursiones serán pocas y rápidas y no el principio de una campaña en toda regla. Este escenario, tan novedoso, es una de las expresiones de los cambios dramáticos sobrevenidos en la región en los últimos años y que no han hecho sino empezar. La UE deploró la operación del domingo, pidió moderación y se abstuvo de emitir una crítica de calado. Y la queja de Bagdad es ritual, litúrgica y sin peso político alguno.

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El único perdedor neto es el PKK porque sus primos del gobierno kurdo-iraquí en el Norte, independientes de facto, han aprendido buenas maneras, tienen hábitos institucionales y han abandonado el objetivo estratégico final: un reunificado Kurdistán independiente, soberano y único.