Ocupación con prosperidad
La conferencia de donantes de Palestina reunida ayer en París fue un éxito: el gobierno de Ramala puede contar ya con los recursos financieros necesarios para evitar un colapso y, a medio plazo, con el total de los 5.600 millones de dólares pedidos para un plan trienal, pero el registro político, de fondo, no avanzó ni una pulgada.
Actualizado: GuardarEl total comprometido ha excedido la petición palestina y pasa de los siete mil millones de dólares. La gran reunión fue así, incluso sin pretenderlo, una prueba más de que, contra todas las evidencias, aún hay quien cree, o finge creer, que es posible encarrilar las cosas en Palestina con lo que ya el general Dayan tras el triunfo militar de 1967 llamó ocupación con prosperidad. No hace falta esforzarse para comprobar hasta qué punto todo eso fracasó. Que los organizadores de la Conferencia lo saben de sobra se advierte en que varios de sus mentores principales, como el presidente Sarkozy, su ministro de Exteriores Kouchner y hasta la Secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, hicieron declaraciones describiendo la reunión como un Annapolis-dos y valorando su dimensión política al servicio de la creación de un Estado palestino viable el objetivo de Annapolis-uno, auspiciado por Washington. De hecho, la mala conciencia de algunos de los reunidos se notó en la insistencia con que declararon que la ayuda iba lo mismo a los palestinos de Cisjordania que a los de Gaza, es decir los islamistas proscritos que tomaron el control del territorio en junio pasado y resisten allí.
Pero la distinción entre unos y otros es explícita y, de hecho, hace inviable cualquier progreso político real, tangible y duradero. Y, sin embargo, tal gobierno no es imposible y hay contactos para restablecer el diálogo entre las facciones con un importante viaje a Ryad de Jaled Meshal, jefe político del Hamas, que vive exiliado en Damasco. Así pues, el gran ensayo de reforzar a Abbas y su al-Fatah constructivo y moderado es, antes que nada, un esfuerzo para aislar y derrotar a Hamas. Está por ver si el dinero hace ese milagro.