Temor a una nueva era que marque el final de la comida barata
Los economistas señalan el cambio de escenario con la irrupción de China e India
Actualizado:El aviso de la FAO no es nuevo y las señales de alarma se suceden. El Financial Times ha dicho esta semana que en el mercado de cereales de Chicago, referencia mundial, el precio del trigo que se venderá en marzo de 2008 ha subido por primera vez por encima de los 10 dólares, un 7,5% más que en los contratos aplicados ahora mismo. En su último informe de previsiones, el mes pasado, la FAO calculaba que el coste total de las importaciones de alimentos de los países pobres subirá un 25%, más de 75 millones.
Cómo lo pagarán no se sabe. «El fin de la comida barata», titulaba en su portada este mes la prestigiosa revista The Economist. Citaba el índice de precios de los alimentos, creado en 1845, que acaba de alcanzar su máximo histórico, después de estar bajando desde 1974. La revista habla de los mismos factores que enumera la FAO, como los biocombustibles, y señala el efecto fatal de las subvenciones de EE UU para producir etanol. Pero añade el papel decisivo de China e India, dos masas de enorme población en ascenso.
Reparto de cupones
Lo que pasará a partir de ahora y cuál debe ser la reacción de los países ricos es uno de los mayores debates económicos abiertos. De momento, la FAO ha pedido «medidas urgentes» y, por su parte, pondrá en marcha un plan de acción. Además de ayudas a las redes sociales de los países más precarios, quiere aplicar la idea de repartir cupones para la compra de semillas y fertilizantes. «En vez de darles pan, les damos directamente el dinero para aumentar la producción local», explica la FAO.
Es lo que ha hecho con éxito en Malawi: «Ayudado por unas lluvias favorables, el país ha tenido resultados espectaculares desde 2005, la producción de maíz superó las necesidades nacionales, y dobló la inversión realizada. Los pequeños agricultores se han beneficiado y han aumentado la producción para su consumo».