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Putin y Medvedev se postulan para gobernar Rusia como un tándem

La euforia y el entusiasmo inundaron ayer el enorme patio del viejo Gostinni Dvor moscovita, en la céntrica calle Ilinka, en donde se celebró el VIII Congreso de Rusia Unida, el partido del Kremlin. Tal y como estaba previsto, Dmitri Medvedev fue proclamado candidato a las elecciones presidenciales del 2 de marzo. Vladimir Putin, por su parte, dio la otra gran noticia de la reunión: aceptó ocupar el cargo de primer ministro cuando abandone la presidencia. Para ello, hace falta que Medvedev sea elegido presidente dentro de dos meses y medio, pero eso es algo que los sondeos dan por hecho.

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Se abre así en Rusia una perspectiva más o menos nítida para los próximos meses e incluso años. Putin y Medvedev se disponen a inaugurar el tándem como sistema de poder. Se trata de algo nuevo para los rusos, acostumbrados a tener como líder un único referente, encarnado en la figura del zar, del secretario general o del presidente. De ahí que muchos contemplen el inicio de este nuevo experimento con cierta aprehensión. El único precedente histórico similar tuvo lugar en el siglo XVII y no duró demasiado. «Dmitri Anatólevich es una persona cabal y extremadamente honesta, no da vergüenza ni miedo entregarle el destino de Rusia», dijo Putin de Medvedev en medio de una sonora y prolongada ovación.

Según las palabras del primer mandatario ruso, su sucesor «ha pasado de ser un experto y excelente jurista a convertirse en un brillante administrador con visión de estadista». De los 479 delegados presentes en la sala, 478 votaron a favor de que Medvedev sea el candidato por el partido a las presidenciales. Hubo un único voto en contra.

Agradecimientos

El delfín de Putin tomó la palabra para agradecer la nominación y señalar que hay que seguir trabajando para «construir una Rusia moderna, próspera y orientada socialmente». Lo de la «orientación social» es ahora la frase de moda en Rusia. Fue acuñada el pasado día 10, cuando le fue presentada a Putin la candidatura de Medvedev, y pretende, con clara motivación electoralista, lanzar el mensaje de que ha llegado ya el momento de ocuparse de las necesidades básicas de la población. Lo más significativo del discurso de Medvedev fue cuando expresó la convicción de que «llevar a cabo todos estos planes será posible sólo actuando conjuntamente con Putin».