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Las obras de la calle Chanca continúan a pesar de la orden de paralización
La Delegación Provincial de Cultura emitió el jueves un escrito al Consistorio para que detuviera los trabajos, que han destruido unos arcos históricos
Actualizado: GuardarLa orden de paralización emitida el pasado jueves por la Delegación Provincial de Cultura no ha servido de mucho. Ayer, los operarios continuaban trabajando en las obras de la calle Chanca, esquina con la Ribera del Marisco, en las que se han obviado todas las normativas relativas a la protección del patrimonio y se han derribado los arcos históricos, señas de identidad de esta antigua zona pesquera.
Durante el pasado jueves y viernes las obras permanecieron paralizadas, pero desde ayer por la mañana, y tras una espesa malla verde, los obreros continuaban con las labores de construcción en la parte alta de los pilares del inmueble.
Desde la Delegación Provincial de Cultura se aclaró ayer a LA VOZ que «una vez que se emite la orden de paralización, es el Ayuntamiento el que debe interrumpir los trabajos». Posteriormente, los técnicos de la Junta y del Consistorio deberán realizar un informe para determinar los daños que se han producido e imponer la consiguiente sanción a la empresa constructora.
Por su parte, desde el Ayuntamiento únicamente se ha apuntado que «todos los trámites burocráticos requieren su tiempo», y no han facilitado fecha sobre la próxima paralización de las obras.
Según el área de Patrimonio del Ayuntamiento, «la tradición de los arcos data en El Puerto de antes del siglo XVIII», por lo que el valor de estos elementos arquitectónicos destruidos «es incalculable».
El solar estuvo durante más de cinco años totalmente abandonado y convertido en una escombrera donde las ratas y desechos ocupaban todo el espacio. El 28 de septiembre de 2006, el Consistorio concedió licencia a la constructora Viviendas y Desarrollo de la Bahía, S. L., que es la que está al frente de los trabajos. El periodo de ejecución es de 18 meses y en el cartel de la obra aparecen como arquitectos Alfonso Rodríguez Serrano e Ismael Verano Lavi.
En un primer momento, los arcos estaban apuntalados, por lo que parecía que la arquitectura iba a ser respetada. Pero desde hace unas semanas, una malla verde tapa el interior de los trabajos y la clara destrucción de los arcos.
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