Arana y Oliva suman tres
Actualizado: Guardaruando uno camina hacia el estadio, continúa el fin de semana. Cuando el partido termina, justo tras el pitido final, comienza la semana siguiente. Una pequeña muerte asoma en el estadio cada domingo. El partido dominical es el momento que divide la rutina, el ocio del trabajo, la libertad de las cadenas, la vida de la muerte. Quizá por eso, Castalia es un refugio, una burbuja irreal en la que se retorna a la niñez y en la que se busca, por encima de todas las cosas, una excusa para ser feliz. La pasión del estadio es como es, voluble, cambiante, traicionera. Un cabezazo de Arana en el arranque del segundo acto otorgó la victoria a los albinegros. No fue fácil, como se esperaba, hubo momentos de atasco, de bloqueo y de incertidumbre, en los pedir tiempo muerto.