RAREZAS. Tardá expone más de 300 piezas acumuladas durante años.
Cultura

Locos por Tintín

Jordi Tardá, el español que pasa por ser el mayor coleccionista de objetos relacionados con el mundo de Hergé, expone por primera vez sus 'tesoros'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La tintinofilia es una afección inocua que no deja de infectar espíritus sensibles. Algunos, como Jordi Tardà, la padecen de manera crónica desde que la contrajera en la infancia. Este tintinófilo crónico barcelonés cayó víctima de una tintinofilia que ha convertido en tintinología a mediados de los años sesenta. Fue cuando descubrió en la biblioteca paterna la colección completa de las historietas del personaje creado por Hergé (Georges Remi) hace casi ocho décadas.

Desde entonces la fascinación por el mundo de Hergé y sus criaturas de línea clara no ha hecho más que crecer en el alma de Tardá, que merece un doctorado cum laude en tintinología. Tanto, que ha logrado reunir una de la mayores y más valiosas colecciones de Tintín de las que hay repartidas por un mundo en el que abunda tintinófilos y tintinólogos.

Una selección de las casi tres mil piezas que atesora dibujos, bocetos, periódicos, albúmenes, fotografías, objetos y valiosas rarezas que exhibe ahora najo el título Tintín en el mundo de Hegé en la Sede de la Fundación Carlos de Amberes (Claudio Coello, 99), hasta el próximo 13 de enero.

Tardà fue socio de Gay Mercader en la empresa que ha organizado los más importantes conciertos de rock en España, de los Rollings Stones a Lou Reed. Retirado de «ese circo», ahora prepara el que será el gran museo del Rock en Barcelona, pero desde hace varios años su dedicación exclusiva ha sido la localización de piezas para esta excepcional colección que hace palidecer de envidia a los tintinólogos más avisados.

No en vano, Tardà ha logrado hacerse con piezas valiosísimas, como el último dibujo realizado por Hergé -en un ejemplar de El país del oro negro apenas unos meses antes de morir víctima de una leucemia en 1983-, o uno de los quinientos álbumes numerados de la primera edición numerada de Tintín en el país de los sóviets, unos ejemplares que se cotizan en las salas de subastas en torno a los 70.000 euros.

Tardà viaja a Bélgica con regularidad, al país en el que Georges Remi nació hace ahora cien años y en el que este hergeólogo (arqueólogo de Hergé) ha escudriñado todo cuanto sale al Tintinomercado.Fue precisamente en Bruselas donde realizó la primera compra de su colección, una felicitación de Navidad firmada por Hergé y por su esposa. Una tarjeta en la que, según Tardà, podemos ver que Hergé fue aun adelantado a su tiempo, «ya que apela a la protección del medio ambiente, a la liberación de la mujer o la paz».

El profesor

«Hegé ha sido mi mejor profesor. Desde el día en que tuve en mis manos el primer álbum de la colección de mi padre, gracias a sus historietas he aprendido geografía, sociología, periodismo, etnografía y un sinfín de cosas» dice este rendido admirador del reportero pelirrojo del flequillo enhiesto y los pantalones bombachos. La muestra recorre toda la historia de Tintín y sus colegas, desde sus orígenes en un semanario ultracatólico, la aparición de los 24 álbumes oficiales hasta la muerte de Hergé. Hay todo tipo de ediciones, planchas de imprenta, dibujos autógrafos de Hergé, e incluso ejemplares de prueba de los dos álbumes que Hergé decidió no publicar y que dejó inacabados: Dupond y Dupond, detectives y Tintín y el Thermzéro, el único que abordó con un guión ajeno.

También se expone el único ejemplar de Objetivo la luna que Hergé firmó junto a los tres astronautas norteamericanos que pisaron el satélite. Hay además curiosidades como otro ejemplar de la Galería de traidores un documento en el Hergé aparece tras la segunda guerra mundial acusado de colaborar con la tropas alemanas durante la ocupación de su país. Una acusación que para Tardà «carece de fundamento» pero que le costó al padre de Tintín un día de cárcel.