Rumbo al farolillo rojo
El Xerez se queda a un punto del último clasificado tras caer con justicia ante el Castellón El colegiado no dio validez a un tanto de Carlos Calvo en la primera parte del encuentro
Actualizado:El Xerez ya cae por el precipicio, la distancia con el suelo cada vez es menor y lo pero de todo es que no parece mostrar capacidad para tirar de la anilla que abre el paracaídas y evitar así el más que temido tortazo de la Segunda División B. Ayer se perdió por enésima vez, algo que ya ha dejado de ser noticia en un equipo que está más que acostumbrado a perder y parece tener un rumbo fijo: el farolillo rojo de la tabla de clasificación en Segunda.
Por muy ofensivo que fuera el equipo ideado por Casuco para tratar de asaltar Castalia, los azulinos no mostraron ese presunto carácter ofensivo más que arrebatos de fuera o calidad, pero nunca de manera intensa. Puede que el Xerez no realizara un primer tiempo tan malo, ni la pasada jornada una segunda parte nefasta, pero es que no hay que olvidar que hace siete días fue contra un conjunto con un hombre menos y ayer se enfrentaban a un conjunto en crisis de ansiedad y que sólo había ganado un duelo de los últimos diez disputados.
La hazaña de la salvación cada vez se complica más, ya que hay otros dos equipos muy malos por debajo de los azulinos, pero otros tantos por encima que comienzan a separarse. Y ya son cinco los puntos que los distancian del puesto décimo octavo.
Aceptable primer tiempo
La primera parte sirvió para apuntar maneras, para trazar un boceto del estilo y la forma de juego que debe sacar al Xerez de la comprometida situación en la que se encuentra. El Castellón puso de su parte, pues lo que los blanquinegros viven en Castalia es un calco de lo que los de Casuco padecen en el prado de Chapín. Una enfermedad deportiva que se traduce en un puñado de nervios que resta brillo a unos jugadores a los que les pesa la amenazante mirada de la grada. Los azulinos no supieron sacar partido de esa circunstancia durante los primeros cuarenta y cinco minutos, pues ni tan siquiera acertaron a lanzar entre los tres palos de la portería que defendía Oliva.
El Deportivo sólo inquietó en tres ocasiones al guardameta del Castellón, pero ninguno de los lanzamientos brilló por su puntería. Carlos Calvo fue el primero en intentarlo de forma tímida, ya que su disparo lejano murió con muy poca fuerza por la línea de fondo. La de Héctor Verdés posiblemente fuera la ocasión más clara, pues el central azulino llegó a una posición en la que pudo rematar libre de marca un córner sacado por Momo. Su cabezazo se fue cerca del palo. Casi tanto como el fuerte chut de Míchel. En una de las pocas veces que el madrileño se plantó en la frontal del área con espacios, no dudó en probar suerte con un potente tiro cruzado al que no hubiera llegado Oliva.
Esas tres ocasiones fueron las que pudieron generar los de Casuco en un primer acto en el que las piezas de la máquina azulina aparecían de manera poco habitual sobre el rectángulo de juego. Efectivamente Carlos Calvo se colocó entre Samuel y los dos delanteros, convirtiéndose en el hombre clave del juego xerecistas, pues prácticamente todas las jugadas pasaban por sus botas.
El madrileño estuvo bien en el regate, pero no en unos pases en los que le faltó precisión. Todo lo contrario que un Momo que se convirtió en uno de los hombres más destacados de los azulinos. El canario creó peligro por las dos bandas, además de hacerlo en las jugadas de estrategia a balón parado. De hecho, en una de ellas Carlos Calvo logró mandar el cuero al fondo de la red. El tanto no tuvo validez pues el asistente levantó el banderín por un presunto fuera de juego del media punta madrileño.
Ocasiones del Castellón
El saco de nervios blanquinegro también contó con varias ocasiones durante la primera parte antes de lograr el tanto nada más reanudarse el juego. Los acercamientos de Víctor Salas y Tabares sirvieron de preludio al gol de Arana, en el minuto cinco de la segunda parte, cuando un centro desde la derecha fue rematado por el media punta. La noticia pudo ser incluso peor para los xerecistas pues sólo un minuto después Tabares pudo incrementar la ventaja por culpa de un desgraciado resbalón de Moreno. Héctor Verdés, de manera providencial, metió el pie mandando el esférico al larguero.
El impacto moral fue tan positivo para el Castellón, como negativo para un Xerez que dejó de mandar en la posesión de balón. Mientras que los locales apretaban metiendo a los azulinos en su área, los xerecistas ya tiraban del recurso más básico: balón largo y juego directo.
Por si el cuadro no era suficientemente oscuro, Casuco tuvo que tirar de banquillo para recomponer la maquinaria azulina, pues Moreno tuvo que abandonar el terreno de juego lesionado. Benjamín debutaba para suplir al capitán -Samuel retrasó su posición al centro de la defensa, mientras que Miki continuaba calentando en la banda-, Pedro Ríos suplía en el carril diestro a Aarón y Zúñiga saltaba al campo para reemplazar en la zona ancha a Carlos Calvo.
En el ecuador de la segunda parte, el duelo había perdido el posible orden existente, y las llegadas se producían a base de arreones. Con algo más de puntería por parte de unos castellonenses que se toparon en más de una ocasión con la madera. Las de mayor peligro a favor de los xerecistas nacieron de las botas de un Míchel, que se antoja vital para la recuperación de un Xerez muy espeso. Pero fue Momo el que tuvo el empate a tres minutos del final.
El interior canario recibió casi en el área chica, pero justo cuando se disponía a rematar, resbaló para dejar escapar otro encuentro sin puntuar.
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