INMIGRACIÓN

Un sueño plagado de obstáculos

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La subida en el número de inmigrantes afiliados a la Seguridad Social es la fotografía de la cara amable de la integración de estas personas especializadas en la superación personal. El negativo, la zona más oscura de un fenómeno global, son los muchos obstáculos que los extranjeros que arriban a la provincia en busca de un empleo tienen que sortear para cumplir su mayor sueño: tener una vida digna, sin lujos ni comodidades, pero digna.

Las personas que trabajan cada día en la delegación gaditana de la organización solidaria Andalucía Acoge son especialistas en detectar y salvar esos problemas. Por ello, su programa Andalucía Orienta es en muchos casos la tabla de salvación a la que se agarran multitud de inmigrantes deseosos de trabajar en la provincia. Hasta 453 inmigrantes fueron atendidos el pasado año gracias a esta iniciativa, de los que 74 consiguieron insertarse en el mercado laboral.

Trabas de todo tipo

Pero hasta alcanzar la meta de la integración laboral hay que superar numerosas dificultades. «Las personas que quieren entrar en nuestro programa primero tienen que estar inscritos en el Servicio Andaluz de Empleo, y para eso, tienen que poseer la tarjeta de residencia sólo para optar a realizar actividades formativas. Para optar a un trabajo tienen, además, que disponer de permiso de trabajo. Esas son sólo las primeras trabas burocráticas, donde además la desinformación se une a los prejuicios y se acaba complicando todo», describe Ana de la Hera, una de las principales responsables del programa Andalucía Orienta en la provincia.

Los pasos a seguir a continuación en el complicado camino de encontrar trabajo siendo extranjero están más o menos planeados. Así, lo primero que se suele hacer es confeccionar el currículum y el perfil del interesado. Es en este punto donde se manifiesta la primera de las injusticias que sufren los inmigrantes. «Muchos de los que llegan al programa de orientación tienen carreras universitarias, pero sus títulos no sirven en España y el proceso para homologarlos es largo, dificultoso y muy costoso económicamente. Por eso, la mayoría ni se plantean esa opción y se conforman con encontrar un trabajo no cualificado. Llegan muy necesitados de dinero para sobrevivir. Así, que hacemos un plan a corto y medio plazo y, luego, empezamos a pensar a largo plazo», explica De la Hera. Resumen: personas cultas obligados a realizar trabajos para los que valdría un analfabeto.

Racismo

El mejor y más eficaz herramienta puesto en marcha por Andalucía Orienta es su bolsa de trabajo, que permite a toda persona que necesite un trabajador inscribirse y los técnicos de la asociación buscan la persona más adecuada a la tarea indicada. El invento funciona y sólo en 2006 llegaron a gestionar 200 ofertas de empleo.

Llegados a este punto, el problema se disfraza de racismo, ya que no todo el mundo está dispuesto a contratar a personas de ciertas nacionalidades o color de piel. «No hay que engañarse los estereotipos funcionan en Cádiz como en todo el mundo. Hay gente que usa eufemismos de todo tipo como que no quieren empleadas del hogar oscuritas o que te dicen que el trabajador debe hablar español para evitar que sea musulmán. De todos modos, este es un problema en el que se está avanzado, aunque queda mucho camino por recorrer», dice De la Hera. Un camino minado de problemas como la senda del inmigrante que quiere ganarse dignamente la vida en la tierra de sus sueños.

restevez@lavozdigital.es