![](/cadiz/prensa/noticias/200712/16/fotos/014D7JE-JER-P1_1.jpg)
Un tabanco reformado
La Reja es, desde 1942, un rincón jerezanísimo donde se disfrutan de los vinos de la tierra y treinta formas de comer los montaditos
Actualizado: GuardarSesenta y cinco años lleva el mostrador de La Reja apuntando cuentas de clientes que toman sus vasitos mientras arreglan el mundo. Su decoración no puede ser más jerezana. Cuadros en blanco y negro con motivos taurinos, con el maestro Ordóñez recogiendo la medalla de la beneficiencia y, en el fondo de la instantánea, el recordado matador Juan Antonio Romero que ejerce de testigo. Más allá hay unos toritos bravos en la dehesa, y al fondo un castizo relieve de gran tamaño con la pisa de la uva. «Está aquí desde el año 1975», comenta Miguel Calero que es el responsable del establecimiento.
La Reja, en la calle Mesones, ha sabido evolucionar con los tiempos, pero sin perder la esencia de lo que fue. Todavía se sirven vinos de la tierra. «Quizá no todo lo que se debiera, pero sí se vende mucho vino en la casa», sostiene Calero. Y un salto adelante con la apuesta de los montaditos que, a un precio muy asequible, se pueden degustar. La carta hace un recorrido por los gentilicios para darle nombre a los mismos: el catalán, el jerezano, el madrileño o el isleño son algunas propuestas. «Tenemos unos treinta tipos distintos», sostiene el responsable mientras que, al fondo de la barra un cliente impaciente hace un repaso a la geografía española a través de la variada comanda.
La Reja sigue teniendo ambiente de todos los estilos y formas. «Tenemos mucho trabajo cuando la gente sale del Teatro Villamarta. Es lo típico, venir a tomar algo a La Reja. Sin embargo, el Festival de Jerez es lo más destacado. Hay noches que esto parece una reunión de Naciones Unidas. Tenemos gente de todos los puntos del mundo», comenta Miguel Calero.
El clásico tabanco de Jerez, renovado con nuevas tendencias, disfruta de un ambiente interesante. Miguel argumenta que «aunque cada vez nos lo ponen más difícil a los que estamos en el centro, nosotros no nos podemos quejar. La Reja es un sitio donde tenemos clientes a cualquier hora del día. Desayunos, aperitivos y la noche. Por algo será».