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Cultura

La Generación del 27 renace en la Fundación Rafael Alberti

Elena Diego y María Asunción Mateo desvelaron algunos de los secretos de uno de los grandes movimientos literarios del siglo XX Los participantes ensalzaron la «amistad amplia, generosa, sin sombras ni rencores» que unió a los miembros de este «grupo de genios»

IVÁN BERNAL
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«Lo más hermoso de la Generación del 27 fue la amistad amplia, humana, generosa, sin sombras y sin rencores. Algo muy distinto del miserable amasijo de inconfesables envidias y vilezas que suele ser la vida literaria».

Así fue como el poeta Dámaso Alonso definió a un grupo de amigos, que fascinados por Luis de Góngora, decidieron rendirle homenaje y sentar las bases de la lírica española a comienzos del siglo XX.

Como explicó la presidenta de la Fundación Rafael Alberti, María Asunción Mateo, durante la mesa redonda celebrada en torno a este movimiento literario en su ochenta aniversario, «la Generación del 27 nació de la amistad y se desarrolló a través del interés general que aglutinaba a todos sus integrantes, el amor por renovar la lírica de aquella época».

El simposio tuvo un plantel de lujo, con la presencia de Elena Diego Martín, vicepresidenta de la fundación Gerardo Diego e hija de este afamado escritor; Antonio Piedra, director de la fundación Jorge Guillén; María Asunción Matero, presidenta de la Fundación Rafael Alberti y viuda del poeta portuense, así como Millán Alegre, concejal de Cultura del municipio. La sobrina de Federico García Lorca, Laura García, no pudo asistir por problemas de agenda.

Repertorio de anécdotas

En este sentido, los tertulianos contaron anécdotas y ahondaron en el aspecto más humano de este variopinto grupo. De hecho, el auditorio pudo conocer los secretos y detalles que definieron a este movimiento que intentó regenerar la vida cultural de una España atrasada y distanciada del resto de Europa.

María Asunción Mateo quiso dejar muy claro que «a pesar de las diferencias ideológicas, el diverso ideario político y el distinto carácter de cada uno de los miembros, la relación nunca se perdió. La prolífica correspondencia mantenida entre la mayoría de sus miembros así lo atestigua».

Por su parte, la hija de Gerardo Diego explicó que «he sido testigo de la relación personal de Rafael Alberti con mi padre. Aquellos que niegan la amistad de este grupo se equivocan y sólo lo hacen con la intención de buscar polémica». Durante más de una hora, los diez componentes de esta generación se acercaron a la fundación para proseguir alentando la vida cultural en todos sus sentidos.