El Consejo refuerza el dispositivo de seguridad en Kosovo con 1.800 efectivos

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE decidieron ayer enviar a Kosovo una misión civil integrada por unos 1.800 policías, jueces, fiscales y personal de administración para reforzar y complementar las misiones conferidas a la Kfor -más de 16.000 efectivos desplegados en la zona desde 1999-, ante la eventualidad de una declaración de independencia proclamada en fechas próximas por las autoridades locales, en concierto con la UE y Estados Unidos.

El despliegue de las nuevas unidades revestirá la forma de una misión PESD -Política Exterior, de Seguridad y de Defensa de la UE-, bajo el amparo de la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se basa el actual dispositivo internacional de seguridad presente en el lugar. Belgrado y Moscú cuestionan el uso de esa base jurídica, que fue establecida con Serbia como nación soberana de Kosovo, pero la UE ha preferido mirar a otra parte, cuando desde Rusia o desde Serbia se le recuerda que la legalidad internacional debe ser preservada en este proceso.

Los ministros de Exteriores de la UE deberán establecer las modalidades de la nueva misión PESD y cuándo ponerla en marcha, mientras que Solana ultimará los detalles «en colaboración con Naciones Unidas y con las autoridades kosovares», según rezan las conclusiones de la cumbre, en las que las autoridades de Belgrado son dejadas al margen.

La cita europea no profundizó más en el muy conflictivo asunto del Kosovo. Los líderes comunitarios se limitaron a constatar el fracaso de las negociaciones y a reafirmar que la situación actual no tiene salida. La cumbre reiteró los llamamientos a la unidad de los europeos ante la crisis, pero no se produjeron más avances sobre la compleja situación que se suscitará cuando Prístina declare la independencia y comiencen a producirse los reconocimientos internacionales.