«Querido Dodi...»
En las misivas, que se han leído en el juicio, Diana de Gales confiesa al multimillonario que ha llevado la alegría a su vida
LONDRESActualizado:Los más cercanos a Diana de Gales y Dodi Al Fayed hablaban de un amor de cuento, el que nunca pudo vivir con el Prícipe Carlos. Al parecer, el idilio entre Lady Di y el hijo del magnate árabe era cierto, más allá de los anillos y de los lujos y así lo desvelan unas cariñosas cartas en las que la princesa agradece al millonario haber llevado "tanta alegría" a su vida que se han desvelado en la investigación judicial sobre la muerte de la pareja.
En una de las cartas, fechada en el Palacio de Kensington, su residencia oficial, el 6 de agosto de 1997, la princesa agradece a su novio, al que se dirige como "querido Dodi", las vacaciones de seis días que pasaron en su yate, según informa la cadena británica BBC.
"Esto viene con todo el cariño del mundo y como siempre con un millón de gracias de corazón por traer tanta alegría a la vida de esta chica", escribe Diana, quien murió junto a Dodi el 31 de agosto de 1997 al estrellarse el vehículo en el que viajaban en París.
Le regaló unos gemelos de su padre
En otra misiva, fechada el 13 de agosto de 1997 y que le envía junto a unos gemelos, la princesa de Gales le asegura que esas joyas eran "el ultimísimo regalo" del hombre que más quería en el mundo, su padre. "Te los doy porque sé cuanta alegría le daría saber que están en unas manos tan seguras y especiales. Con todo mi cariño, Diana", añade.
Las cartas fueron facilitadas durante el interrogatorio de una de las mejores amigas de Diana, Rosa Monckton, quien aseguró que aunque Diana tendía a hablar y escribir "de una forma extravagante", las cartas eran "más" que un intento de hacer a alguien feliz.
La investigación judicial, que comenzó en octubre pasado, tratará de esclarecer si la muerte de la princesa fue producto de una conspiración o un trágico accidente. El magnate egipcio Mohamed Al Fayed, dueño de los almacenes Harrods, está convencido de que su hijo y Lady Di fueron víctimas de una conspiración, con la participación incluso del duque de Edimburgo, para impedir que la pareja pudiera casarse.
Dos investigaciones policiales previas, una en Francia y otra en el Reino Unido, concluyeron que el suceso se debió a un accidente causado porque el conductor, Henri Paul y que también murió en el siniestro, conducía muy rápido y bajo la influencia del alcohol.