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TRABAJO. El brasileño se ha ganado la confianza de Schuster.
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Baptista escapa de la amenazante sombra de Ballack

'La Bestia' ha convencido a Schuster de que sería un error venderle para traer al medio alemán

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Después de casi medio año relegado en el mejor de los casos al banquillo pero sin perder jamás la fe en sus posibilidades, el brasileño Baptista al fin se ha hecho un hueco como titular en el Real Madrid y ha convencido a Bernd Schuster de que, seguramente, sería un error desprenderse a un precio módico de La Bestia para fichar a un centrocampista goleador como Ballack.

Más vale tarde que nunca. Como dice el refrán, el madridismo agradece la rectificación de Schuster, favorecida por la niñería de Guti que provocó su expulsión en Murcia, le acarreó un partido de suspensión y molestó al técnico. También le desencantó el pobre rendimiento de uno de los capitanes en Bremen, y por eso se decidió a dar un golpe de timón.

La falta de oportunidades de Baptista era un misterio que algunas fuentes próximas al Real Madrid atribuían al hecho de que no se concretara el fichaje de Ballack el pasado verano, y a la falta de sintonía entre Schuster y Pedja Mijatovic, el director deportivo. «Queremos un jugador con las cualidades de Ballack», sentenció el entrenador en julio.

Pidió su fichaje a Ramón Calderón y Mijatovic pero éstos prefirieron no hacer un fuerte desembolso económico -el Chelsea pidió 50 millones de euros por él y Robben- para traer a un futbolista que rendía muy por debajo de sus posibilidades en Stamford Bridge. Consideraban que, a punto de cumplir 31 años y castigado por las lesiones, Ballack estaba en el ocaso.

Moneda de cambio

Pensaban que ese perfil de centrocampista llegador lo dibujaba a la perfección Baptista, a quien el alemán invitó a marcharse sin hacer siquiera la pretemporada austriaca en Irdning. El club sólo aceptó venderlo si entraba en la operación de Kaká. Pero el Milan se negó a traspasar al hoy Balón de Oro y ofertó 12 millones por La Bestia. Pese a los deseos de Schuster, Calderón fijó su precio en 20 y apostó por su continuidad.

El caso es que Baptista sólo había disputado 88 minutos hasta que, tras 14 jornadas en el anonimato, fue de la partida ante el Racing. Ocupó el puesto de Gago, posición que conocía de sus tiempos en el Sao Paulo. El equipo agradeció su presencia, participó en los dos primeros goles y la afición estuvo de su lado. Lejos de verse ya titular, se mostraba escéptico. «Fue una sorpresa jugar ante el Racing, sobre todo porque llevaba casi seis meses sin ser titular. Espero que mi actuación me valga para participar un poco más. Schuster sabe lo que hago constantemente», se limitó a decir. Repitió a un alto nivel en San Mamés y jugó su tercer encuentro como titular, esta vez en la Champions, ante el Lazio, donde encarriló el triunfo con un certero disparo. Tras su exhibición, ya se mostró más confiado. «En la vida nadie te regala nada y he sabido aprovechar mi oportunidad. No creo que el míster no confiara en mí, pero cuando empiezas con un equipo en la cabeza y las cosas salen bien, no te apetece cambiarlo. Lo entiendo. Es difícil estar mucho tiempo fuera, pero nunca me rendí y esa fue mi fuerza», subrayó el brasileño, al que hace un par de semanas se colocaba en el escaparate invernal.

Rendido ante el pundonor y las prestaciones de La Bestia, Schuster confesaba que no haberle dado continuidad hubiera sido injusto. Con su alineación, el teutón conseguía cuatro objetivos ante la plantilla: premiar el esfuerzo, demostrar que no hay nadie imprescindible, dejar claro que quien sale desde el banquillo y cumple tiene continuidad y dar un toque de atención a Guti, en el que dice que seguirá confiando.