Jodie Foster y señora
La actriz desvela un secreto a voces y reconoce al fin su condición de lesbiana tras agradecer un premio a su pareja, «mi preciosa Cydney»,
Actualizado:En 1991, cuando Jodie Foster ganó su segundo Oscar por El silencio de los corderos, grupos de activistas homosexuales se manifestaron a las puertas del Dorothy Chandler Pavillion con pancartas que rezaban: «Ganadora del Oscar. Licenciada en Yale. Ex estrella de Disney. Tortillera». A comienzos de este año, la revista Out mostraba su rostro en portada y se interrogaba: «¿Por qué las estrellas no salen del armario?». La actriz ha desvelado, al fin, un secreto a voces: su condición de lesbiana.
Foster, que cumplió 45 años el pasado 19 de noviembre, mostraba este martes su lado más vulnerable, insólito hasta la fecha, en un desayuno organizado por la revista Hollywood Reporter en el hotel Beverly Hills. Se premiaba a las 100 mujeres más poderosas de Hollywood, y cuando la actriz y directora subió a recoger su galardón sorprendió con un conmovedor agradecimiento.
«El secreto de mi éxito es mi preciosa Cydney, que ha estado conmigo a las duras y a las madures», confesó. «No me siento poderosa, sino frágil e insegura. Siempre me he sentido en cierta manera como una impostora. Ahora estoy intentando averiguar cómo encajo todas las piezas de mi vida». Entre el público, su pareja en los últimos catorce años, la productora Cydney Bernard, de 54 años, con quien tiene dos hijos de padre desconocido, Charles, de 9 años, y Kit de 6.
Foster siempre ha defendido su intimidad con uñas y dientes. No se sabe dónde reside en Los Ángeles, gasta fortunas en seguridad, practica artes marciales y jamás habla por teléfono. El culpable de su celo casi enfermizo por la privacidad es John W. Hinckley, el demente que en 1981 atentó contra Ronald Reagan sólo para llamar la atención de la actriz.
Su hermano, Buddy Foster, publicó en 1997 una biografía en la que revelaba que Jodie, nacida tres años después de que sus padres se divorciaran, tomó su nombre de Josephine Dominguez, la amante de su madre. Se le han adjudicado romances con la actriz Kelly McGillis y la productora Renne Missel, pero su corazón pertenecía a Bernard, a quien conoció en Sommersby, cinta acreedora en su día del beso menos creíble de la historia entre Foster y Richard Gere.