Duelo televisivo
Actualizado:a posibilidad de que Zapatero y Rajoy puedan celebrar un cara a cara durante la campaña electoral debe constituir un aliciente para todos aquellos ciudadanos que, con independencia del sentido de su voto, disfrutan con la confrontación directa de pareceres, interpretándola como un pilar en el adecuado desarrollo de la democracia partidaria. Por ellos, se equivocarían ambos contendientes si pretendieran presentar la cita como un reto incómodo para el adversario, o utilizar su celebración como un nuevo motivo para abundar en la disputa entre las dos grandes fuerzas política. Lo que significa que el presidente del Gobierno y los socialistas deberían renunciar a cuestionar el valor y la capacidad de su oponente para replicar en un duelo televisivo. Pero también que Rajoy reconsidere su negativa a mantenerlo en TVE, la cadena que ofrece, en su calidad de servicio público, un marco propicio para acoger un debate tan relevante.