El Real Madrid resuelve ante el Lazio en un santiamén Histórica clasificación del Olympiacos
Baptista abrió el camino de octavos ante un conjunto romano decadente Casillas puso el colofón a la fiesta al detener un penalti en el último suspiro
Actualizado: GuardarSu inmensa pegada, unida a una defensa del Lazio impropia de la Champions e impensable en cualquier equipo italiano que se precie, le bastaron al Real Madrid para sellar con suma facilidad su pase a octavos de final como líder de grupo. A diferencia de lo que ocurrió los tres últimos años, cuando pasó como segundón y lo pagó con sucesivas eliminaciones, esta vez los blancos se clasifican con grandeza, dispuestos a pisar fuerte en el duro camino hacia la soñada Décima.
Se sabían superiores los madrileños, mucho mejores que un adversario decadente que flirtea con la zona de descenso en la Serie A, pero no se imaginaban ni por lo más remoto una noche tan plácida que acabaron durmiéndose. Apenas necesitaron esforzarse para resolver la papeleta en un santiamén. En apenas un cuarto de hora, el 2-0 ya dejaba claro que no habría emoción y que el débil bloque de Dellio Rossi había arrojado la toalla ante un púgil del peso pesado.
Baptista, de los mejores en Bilbao, se ha ganado un puesto. Schuster le mantuvo como doble pivote junto a Diarra, y no le defraudó. Presionó más que nadie para robar, tocó mucho y bien, no se complicó la vida, y encima abrió la senda del triunfo con un derechazo desde fuera del área. Jugó retrasado, como lo hacía en Brasil, pero por momentos recordó a la Bestia que impresionó en Sevilla. El Madrid marcaba en su segunda llegada, ya que antes Raúl avisó con un cabezazo al palo tras un córner.
Espejismo
Ese gol tranquilizó al Madrid y dejó groggy al rival. Al Lazio sólo le valía ganar y salió a tumba abierta, dispuesto a aprovecharse de la calidad de sus delanteros Pandev y Rocchi y de los habituales desajustes defensivos de los de Schuster.
Se tambaleaban los romanos hasta que Raúl, de certero cabezazo tras un saque de esquina ejecutado en corto, los envió a la lona. El 7 volvía a ser el más listo de la clase en la zona de definición, afianzaba su liderazgo como goleador de la Champions, ya con 59 dianas, y hacía ese gesto de reivindicarse que sobra en un jugador de su talla. Se acababa cualquier atisbo de pelea.
El Madrid lo tenía todo a su favor para lucirse. Sólo dependía ya de la intensidad que aplicaran sus futbolistas. Al tran-tran, sin arriesgar más de la cuenta, anotó el tercero pasada la media hora. Robinho y Van Nistelrooy retrataron a la zaga italiana y el brasileño no perdonó ante Ballotta.
Nada pudo hacer Casillas en el gol del honor de Pandev, fruto de la relajación merengue. Con todo resuelto, se luciría deteniendo un penalti intrascendente a Rocchi. El Olympiacos firmó una gesta importante en su historia en la Champions al lograr el pase a los octavos por primera vez, tras derrotar con claridad al Werder Bremen alemán. / EFE