David Páez: «La afición puede estar tranquila con esta auditoría»

Sus «papeles de trabajo» («que no auditoría») fueron la prueba de Moisés Israel para demostrar que la entidad se encontraba en quiebra técnica, y contradecían las últimas cuatro auditorías firmadas por el propio Páez y que reflejaban un perfecto estado de salud de las arcas amarillas. Le atacaron desde todos los frentes y se refugió en el silencio, hasta que no tuvo más remedio y presentó su dimisión por las presiones recibidas.

Manipulación

«Si no me hubiera sentido manipulado, no habría renunciado. En la negación está la respuesta», comenta el economista. Sintió que le utilizaban. No obstante, «la Junta de Accionistas no aceptó mi renuncia y por eso sigo trabajando para el Cádiz». Ya ha terminado el informe, que será presentado ante los socios el 17 de enero, y se niega a adelantar nada. «Sería un procedimiento ilegal. Los accionistas son los primeros que deben tener esa información».

Pero, ¿tiene el club un patrimonio negativo y una deuda superior a seis millones de euros? «Esa fue la conclusión a la que llegó Baldasano con unos papeles de trabajo que no es lo mismo que una auditoría. Los documentos que aparecieron en los medios de comunicación no valen porque el informe no estaba acabado. Nosotros no le ofrecimos esa versión» que adoptó Arturo Baldasano.

Destaca que esa acción fue «una ilegalidad, porque no se puede disponer de esa información».

No desea hablar mucho más, «porque mi opinión será ese informe que hará público el presidente en la Junta de Accionistas. Aún así, la afición cadista puede estar absolutamente tranquila con esa auditoría, pues cumplo con mi trabajo de la manera más honesta y eficaz. En ningún momento he pensado que se me ocultaban datos decisivos».

David Páez considera que «estas auditorías deben ser fiables porque le interesa a los socios, es su garantía para comprobar en que estado se encuentran las cuentas de la empresa. Y yo soy ese agente externo que lo certifica», concluye.