Vuelve la grandilocuencia
Led Zeppelin regresó a los escenarios tras 19 años en un concierto caritativo que gustó a los fans del rock operístico
Actualizado:Led Zeppelin ofreció en la noche del lunes un concierto completo por primera vez en 19 años. Dieciséis mil espectadores pagaron cerca de doscientos euros por asistir al espectáculo, en la Arena O2, antes conocida como la carpa del Milenio.
Según las informaciones publicadas en las últimas semanas, decenas de millones de fans intentaron comprar entradas. La cifra que ha concitado más consenso es la de veinte millones de solicitudes y Robert Plant, su cantante, comenzó el concierto recordando que había en la audiencia gente procedente de cincuenta países. Un fan había pagado 120.000 euros por una entrada en una subasta.
Esos datos confirman que Led Zeppelin son una de las más populares bandas históricas del rock. Y para escuchar su música acudieron al sur del Támesis otros astros gigantescos, como Paul McCartney, de The Beatles, o Liam Gallagher, de Oasis.
La crítica se ha mostrado entusiasmada o piadosa. Hay quien señala que pagar doscientos euros por una entrada asegura la satisfacción, porque lo contrario sería un espantoso vértigo. Pero, en general, se elogia la profesionalidad de la banda, que había tenido una aparición lamentable en el concierto Live Aid, en 1985.
Sonaron bien, tocaron sus temas clásicos, la voz de Plant no alcanza los agudos que le dieron fama pero, a sus 59 años, aún está en forma, la guitarra de Jimmy Page fue algo más lenta que en los viejos tiempos pero dejó satisfechos a sus seguidores. Y Jason Bonham, que se hizo cargo de la batería tras el fallecimiento de su padre, dejó ver una tendencia más funky pero que conoce bien el repertorio de su progenitor.
El concierto era presentado como un homenaje del grupo a Ahmet Ertegun, productor de Atlantic Records, que tuvo una influencia notable en la popularización del blues del sur de Estados Unidos y de su fusión con jóvenes músicos de la era post-Beatles. Los fondos recaudados se destinarán a una fundación creada por Ertegun.
Pero no hubo ni un solo músico negro en el largo espectáculo del lunes. Los profetas del rock operístico y grandilocuente -Led Zeppelin es como Queen pero sin sentido del humor, según un crítico- son ya una cultura autónoma. ¿Pervivirá? Parece que Page quiere insistir, pero que a Plant no le atrae la idea. Algunos comentarios suyos durante el concierto dieron a entender que a él ya no le interesa esa música. Los fans han inundado internet con peticiones para que haya más conciertos.