Charletas gaditanas | Las máquinas de escribir, por Eduardo Lumpié
Comentábamos días pasados cómo se escribía antaño, con aquellas plumas de gallop, corona, redondilla, etcétera. Hoy traemos aquí con lo que en la mayor parte de las oficinas y centros oficiales se sustituyó la escritura manual: las máquinas de escribir. Remington, underwood, royal, olivettik, olimpia... Algunas, más tarde, se fueron fabricando con sistemas eléctricos y hoy han tenido que dejar paso a los ordenadores.
Actualizado:Durante algún tiempo proliferaron las academias de mecanografía y taquigrafía, enseñanzas éstas que eran primordiales para optar a algún puesto como administrativo. También les eran muy importantes a las mujeres para alcanzar algún sitio como secretaria, ya que eran de los pocos puestos a los que podían aspirar nuestras féminas.
Para poder llegar a ser un buen mecanógrafo o mecanógrafa era primordial manejar todos los dedos de ambas manos, ya que ello se medía por la velocidad de la escritura. Recuerdo que verdaderos profesionales en ello eran los oficiales de los juzgados, notarios, registros, etcétera. Todos escribían no enorme rapidez y con una particularidad sin faltas de ortografía.
Entre las academias más conocidas de Cádiz estaban la de Marcela Blanco, Santaren, Sagasta, entre otras... donde aprendieron muchas personas las dos, digamos, asignaturas, de Mecanografía y Taquigrafía. Actualmente, no se han perdido del todo estas máquinas de escribir. Existen muchas personas que aún conservan alguna y, en particular, aquellas portátiles que, en una época, era muy frecuente que los padres se las pidiesen a los Reyes para sus hijos. El problema de ello es que hoy ya es difícil encontrar las cintas y algún que otro repuesto, así com encontrar quien las arregle.