«La imagen que tenemos del reportero de guerra es antigua y de Hollywood»
Vuelve a Irak con el reportaje 'Sargento, ¿a qué estamos disparando?', que emite hoy Cuatro en horario estelar
Actualizado: GuardarJon Sistiaga (Irún, 1967) lleva cubiertos un buen número de frentes a sus espaldas (Ruanda, Afganistán, Palestina, Kosovo, Irak), pero rehuye del apelativo de reportero de guerra. Cuatro emite hoy en horario estelar el documental Sargento ¿a qué estamos disparando?, en el que vuelve a Irak de la única forma que un periodista puede entrar hoy en una zona convertida en un avispero: «Empotrado al Ejército estadounidense».
-¿Por qué ese título?
-Después de diez días de convivencia con el Ejército estadounidense, creo que las tropas están en una enorme confusión respecto a cuál es el enemigo real en Irak.
-¿Demasiados enemigos?
-Tienen tantos frentes abiertos por tantos lados que no saben bien a qué enemigo derivar sus fuerzas. Está el terrorismo de Al Qaeda, las resistencias patrióticas o nacionalistas, las diferentes milicias tribales (suníes, chiís) y las peleas entre esas milicias por cuestiones étnicas y religiosas; la ingerencia iraní, las mafias locales que se dedican al negocio del secuestro... Tenemos imágenes en las que se ve el despiste de los soldados en pleno tiroteo. Es la locura.
-¿Cómo llevó ir junto a las tropas estadounidenses, usted, que vivió el asesinato de José Couso?
-Soy un profesional de la información y quería reactualizar un conflicto latente. La única manera en que puedes trabajar ahora allí como reportero es empotrado con las tropas norteamericanas porque a la resistencia iraquí no le gusta la prensa occidental, y mucho menos a los terroristas de Al Qaeda. Si caes en sus manos, puedes darte por muerto, a no ser que no salgas del hotel.
-¿Qué salida tiene Irak?
-Lo que están intentando tímidamente los mandos norteamericanos, que es aliarse con las milicias sunies y convencerles de que todos los iraníes tienen un enemigo común, el terrorismo de Al Qaeda, que ponen bombas en mercados y obliga a vivir como en un califato.
-Hay conflictos que dejan de interesar informativamente...
-Eso responde a la lógica consumista en la que nos hemos visto involucrados en esta sociedad. Todo se nos queda viejo. No toda la culpa es de los medios de comunicación porque se mide y se sabe cuando un argumento deja de interesar a la audiencia.
Con la familia, «en vilo»
-¿A quién le gustaría entrevistar?
- Por poner alguien cercano a nosotros del tema que estamos hablando a Mustafa Setmarian, un tipo que llegó a ser número tres de Al Qaeda e ideólogo, que ha vivido en Granada y se casó con una española. Y, desde luego, a Bin Laden. Pero también a Josu Ternera. Y, ya puestos, a Bush.
-¿Estar en primera línea de conflictos es una manera de vivir?
-No he estado siempre en primera línea. Me considero un reportero todoterreno especializado en conflictos y relaciones internacionales, pero no soy reportero de guerra. No me gusta ese término; es un subgénero del periodismo, pero el que se considera como tal es que le gustan las guerras. Y a mí no me gustan las guerras ni ir a cubrirlas. Se sufre mucho y se pasa fatal.
-¿Ha sentido miedo?
-Se siente miedo y tienes a la familia en vilo. Pero las guerras están ahí y alguien tiene que seguirlas de vez en cuando. No todo el mundo tiene la fortaleza mental y espiritual para cubrir un conflicto y volver sin tener estrés postraumático. Tengo cierta preparación psicológica, pero el concepto de reportero de guerra es bastante antiguo, es para Hollywood y el rollo de tribu. Y yo huyo de la tribu.