Morir en soledad

egún la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, en 2005 en España vivían siete millones de personas mayores de sesenta y cinco años de las cuales un 18,3% vivían solas y casi la mitad de ellas tenía mas de ochenta años. Pese a programas de teleasistencia domiciliaria puestos en marcha en muchas comunidades autónomas, un número importante de estos ancianos acaba falleciendo en soledad, bien porque no admiten los servicios de apoyo a domicilio, bien porque ni ellos ni nadie en su entorno se había puesto en contacto nunca con los servicios sociales. Las nuevas formas de familia están poniendo sobre la mesa una problemática que obliga al Estado a plantearse como romper el círculo de aislamiento de los ancianos y reflexionar sobre el tratamiento que reciben los mayores en una sociedad desarrollada pero cada vez mas individualista.