Opinion

Derechos desiguales

La conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, fecha que desde 1950 fijó la Organización de las Naciones Unidas para instar a todos los Estados miembros a mejorar su grado de cumplimiento, supone un ineludible recordatorio de que el respeto a la dignidad de las personas es el fundamento de la libertad, la paz, y la justicia en el mundo. Desde la Declaración de 1948 la comunidad internacional ha dado pasos trascendentales en el respeto a los valores básicos de la dignidad humana, la no discriminación, la igualdad y la equidad pero aún queda mucho camino para lograr la universalidad de estos derechos y su aplicación a todos, en todos los lugares y en todo momento.

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Con el transcurso del tiempo se han desarrollado un conjunto de instrumentos y mecanismos para asegurar la primacía de los derechos humanos y para hacer frente a su violación, al tiempo que las organizaciones internacionales han logrado dotarse de prestigio y capacidad de presión, para forzar la imposición de sanciones a países donde se vulneran los derechos individuales restringiendo su participación en foros internacionales o bien, en el acceso a mercados y dinámicas de integración económica. Sin embargo, los intereses económicos y comerciales se convierten a menudo en pretexto para conceder a determinados estados una dignidad diplomática que echa por tierra las condenas de las organizaciones humanitarias. Pero la conmemoración también resalta, la evidencia de la brecha existente entre los países del primer mundo y los más pobres, porque mientras en el mundo desarrollado las sociedades ya aspiran a la llamada cuarta generación de derechos humanos: protección del medio ambiente, vivienda digna, salarios suficientes, en las zonas mas pobres del planeta todavía no pueden disfrutar de los más elementales como la alimentación, el agua, la educación.