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El tirón del 2x1 de Hillary y Bill

El centenar de personas que se congregó el viernes para escuchar a Hillary Clinton en el instituto público del este de Des Moines no podía competir con los miles que poblaron el pabellón del Hy-Vee Hall para arropar a Obama, pero es que los seguidores de la ex primera dama no tenían interés en ver a una diva televisiva en la campaña presidencial.

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«Si tengo que elegir entre un candidato al que aconseja Oprah Winfrey y otro al que asesora Bill Clinton mi decisión está clara», decía Keith Uhl, un republicano que esta vez se ha apuntado al bando de Hillary. «Bill Clinton nos sacó del déficit más grande que ha tenido este país».

Constitucionalmente el ex presidente no puede aspirar de nuevo a la Casa Blanca por haber servido los dos mandatos que le permite la ley, pero muchos ven en la candidatura de su esposa una forma de recuperar su sabiduría.

A Bob Uhllman, un veterano de la II Guerra Mundial que a sus 81 años todavía viste la chaqueta de los marines, le parece una oferta tentadora lo de obtener «dos por el precio de uno», dice. «Si ella no sabe cómo arreglar el país, ya le dirá Bill cómo hacerlo», apuesta.

Hubo un tiempo, durante las campañas de Clinton de 1992 y 1996, que lo de 'dos por el precio de uno' fue un lastre para el candidato. Al público le irritaba la idea de una esposa entrometida en las labores de gobierno de su marido, por mucho que hubiera demostrado ser una brillante abogada entrenada en la política desde sus años estudiantiles.

Con su madre

No parece que ese sea el caso ahora. Hasta los que acudieron al acto de Obama dudaban del equipo. «Oprah va a marcar la diferencia para mucha gente, tiene mucha credibilidad, pero Hillary tiene a Bill», observaba Mary Giggins, que había acudido al mitin «porque he visto a muchos presidentes pero nunca tan de cerca a una celebridad», explicaba la vecina de Iowa.

Hillary, que presume de haberse curtido en los pasillos de gobierno, estuvo arropada por su madre, Dorothy Rodham, de 88 años y, a juzgar por la edad del público asistente, tenía su gancho. En realidad, la que parecía fuera de lugar era Chelsea Clinton, de 27 años, que acompañaba a su madre por primera vez en la campaña de Iowa. En contraste, los jóvenes llenaban el auditorio de Obama, aunque muchos ni siquiera tendrán edad para votar hasta las elecciones de 2008.