UNIDOS. Hugo Chávez camina amigablemente con Lula da Silva y el presidente argentino, Néstor Kirchner. / REUTERS
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Un motor financiero para América Latina

Siete países integran el Banco del Sur que se hizo realidad ayer como una alternativa al FMI y al BM

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Contar con un banco común alternativo a las grandes instituciones financieras internacionales era un viejo sueño del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que ayer se hizo realidad en Buenos Aires. Para su nacimiento, el líder bolivariano contó con la inestimable colaboración de su colega argentino, Néstor Kirchner, quien con ese acto se despidió del cargo, que hoy asume su esposa, Cristina Fernández.

Los dos presidentes llegaron al acuerdo de crear un banco para América del Sur el 21 de febrero. Y la propuesta despertó poco a poco el interés de otros gobiernos de la región. Los primeros en adherirse fueron Bolivia y Ecuador, luego llegaron Brasil, Uruguay y Paraguay. Colombia pidió el ingreso el 12 de octubre y Chile permanecerá sólo como observador. El único país del cono sur que no estará en la nueva institución que comenzará sus operaciones en 2008 será Perú.

Los responsables de las Finanzas y la Economía de las naciones involucradas han ido dando forma en estos meses a las cláusulas de constitución de la entidad que surge con la intención de tomar el relevo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM). Pactar el objetivo de la novedosa iniciativa no revistió grandes debates. Según el acta fundacional firmada por los jefes de Estado involucrados el conocido como Banco del Sur, nace para financiar el desarrollo económico y social de los países miembros con el fin de fortalecer la integración, reducir las asimetrías y promover una distribución equitativa de las inversiones.

La nueva entidad garantizará una financiación independiente del FMI y del BM para proyectos que favorezcan la integración geopolítica del sur del continente americano. Entre ellos destacan la infraestructura física terrestre, aérea y marítima; la red de abastecimiento alimentario y la relacionada con el régimen integral de salud; el sistema educativo, y conexiones de oleoductos y gasoductos energéticos. En definitiva, apoyará planes de desarrollo para reducir la pobreza y también dispondrá de una partida de emergencia para aliviar situaciones causadas por desastres naturales.

Aportación de capital

Tras la sintonía habida en cuanto a los objetivos era necesario acordar cuál sería el capital aportado por cada socio, lo que ha supuesto muchas más dificultades. De hecho, todavía no se ha concretado o no ha trascendido debido a la confidencialidad exigida. Otro tema a abordar era el referente al valor del voto de cada uno de los países integrantes del banco. En este sentido, el ministro venezolano de Finanzas, Rodrigo Cabezas, explicó que se ha impuesto el criterio de que todos valgan lo mismo. «Decidimos hacerlo así para que no haya hegemonía ni mucho menos para que alguien imponga una política económica a un determinado país», señaló.

Para el mandatario caribeño, el nacimiento del Banco del Sur es «una demostración de que los tiempos han cambiado». Cabezas reiteró que «es una alternativa al viejo sistema del FMI, donde se dará respaldo al crecimiento económico sin recetas, ni cláusulas, ni condicionamientos».

Sobre el discutido tema de las aportaciones de capital, el ministro chavista señaló que se planteaba que fuera proporcional a las economías de cada nación. Para Venezuela el fondo inicial debería ser una donación, cuando cada país pueda darla. Ecuador, sin embargo, respalda que el depósitos de cada asociado sea «igual o mayor» a los realizados por los dos grandes organismos internacionales.