Imparable
Cuando algún día, tal vez ya de viejecita, haga balance de su paso por este mundo, Penélope Cruz seguramente llegará a la conclusión de que este 2007 que ya casi se nos va ha sido uno de los mejores y tal vez más significativos años de su vida. Ya desde hace tiempo, la curva que dibuja la trayectoria profesional de esta actriz se parece a la del Ibex 35 en su etapa de mayor euforia: lleva una ascensión imparable.
Actualizado:Pe empezó 2007 paseándose por las alfombras rojas de Hollywood como candidata al Oscar y lo acaba en el corazón de Nueva York, luciendo una medalla de oro del Spanish Institute, flanqueada por la Reina Sofía y Bill Clinton. Eso sin contar el rodaje de este verano con Woody Allen y la portada en el Vogue americano, a través de la lente de Annie Leibovich, que ahora mismo es la expendedora oficial de másters en estrellato. Y es curioso, porque Penélope está llegando a la cima del reconocimiento mundial y el glamour más exquisito gracias a un personaje tan llano, pueblerino y adorablemente castizo como Raimunda.
Ha tenido que volver a España para conquistar un Hollywood que, pese a vivir allí, se le resistía. Gracias a Volver, Pe lleva un año entero dando la vuelta al ruedo.