Barcelona acoge una exposición sobre el papel de los ciudadanos en la Transición
¿Quién hizo la Transición española? ¿Qué fuerzas y personas fueron clave para los cambios políticos democráticos que se iniciaron muy poco después de la muerte del dictador Franco? La respuesta a estas dos preguntas siempre suele ser la misma: los reformistas del régimen, el PCE, el PSOE y los nacionalistas moderados fueron los protagonistas de la Transición y el paso de la dictadura a la democracia sin demasiados traumas fue posible gracia a la generosidad e inteligencia política del rey Juan Carlos I, Adolfo Suárez, Santiago Carrillo, Felipe González, Jordi Pujol y Manuel Fraga, entre muchos otros.
Actualizado: GuardarSin duda la respuesta es correcta, pero muchos historiadores suelen olvidar a la gente anónima en sus investigaciones. No hablan de los ciudadanos que, una vez muerto Franco, bajaron a la calle para pedir libertad, amnistía, derechos sociales y políticos. Este proceso fue la Transición de la gente y parece bastante evidente que sin la voluntad de cambio de miles de personas, que pronto fueron millones, a España le habría costado más ser democrática e integrarse en la Europa avanzada.
Esto es lo que pretende explicar al gran público la exposición En Transición, que se podrá ver en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) hasta el 24 de febrero de 2008. La muestra, que después se trasladará a Madrid, no es una descripción cronológica ni una narración de un episodio histórico, sino un intento inteligente de hacer comprensible el proceso complejo de cambio político que experimentó España de 1975 a 1982 a través de las personas que lo vivieron directa o indirectamente.
En Transición se organiza en ocho ámbitos temáticos que demuestran los anhelos y las luchas de una sociedad bastante desarrollada, que ya tiene poco que ver con la España de los años 30 y que va a desarticular en muy poco tiempo gran parte de la estructura sociopolítica del franquismo. Las fotos sobre las huelgas y manifestaciones de finales de la década de los 70, los conciertos de Lluís Llach o Raimon explican al espectador que la democracia en España se va forjando poco a poco en la calle. Por ello, la exposición no muestra ni a un solo dirigente político.