Calentando motores
Hagamos reflexión y un ejercicio de conciencia... ¿cuántos se sentaba delante de la televisión hace unos 6 años para disfrutar de una carrera de Fórmula 1?, ¿cuántos chiquillos aprovechaban los días que no había colegio para asistir al circuito de velocidad de la ciudad?
Actualizado: GuardarCreo que serían muy pocos, por no decir prácticamente ninguno los que ya vibraban con el sonido de los motores de un bólido de esa envergadura. Y todo, le pese a quien le pese, se le debe a una única persona.
Un asturiano que ha conseguido que la «marea azul» recorra prácticamente el mapa mundi, un joven de veinti pocos años que ha conseguido lo que sólo lograron algunos como el cinco de Lolo Sainz con Epi al frente o incluso ese once inicial que sin llegar a las finales nos hacía a más de uno, pintarnos los colores de la bandera y disfrutar de un buen partido de fútbol de la selección.
Pues a ese «chiquillo» se le echó en falta en el circuito jerezano. Solapado en parte por la aún delgada silueta del «kaiser» que algo tiene este hombre que aún estando retirado congrega a multitud de aficionados y no creo que sea sólo por los siete títulos. Es un verdadero placer asistir a los ensayos, verlo competir y verlo, por qué no, dando lecciones de conducción a esos «principiantes» que poseen la suerte de su posición pero que carecen de la casta y el valor de los campeones.
El circuito vivió unos días únicos con el regreso al asfalto del «kaiser» aunque se echó en falta la presencia del español que aún nos mantiene en vilo de cuál será la opción más idónea y más adecuada para competir por un nuevo trofeo en la siguiente temporada.
Sea como fuere, la historia está para los grandes y él por suerte para muchos y por desgracia para alguno se ha labrado una «posición» que le pese a quien le pese es suya. Ya lo dijo en el balcón de su Oviedo natal, da igual la escudería que le brinde un coche siempre seguirá yendo por detrás su «marea azul» para apoyarlo.
José Muñoz. Jerez