Escasez de centros
Apuntan que la Administración gasta por niño y día unos 360 euros en instalaciones de internamiento
Actualizado:Una de las preocupaciones básicas de los jueces de menores, al menos en lo que respecta a Andalucía, es la escasez de centros de internamiento en los que los jóvenes puedan cumplir las condenas y donde se les ofrezca otra alternativa a la calle. Como ha informado el magistrado José Miguel Martínez, en toda la comunidad autónoma sólo existe un recinto de tales características para niñas, ubicado en El Puerto de Santa María, que cuenta con la simbólica cifra de quince plazas. Esta circunstancia produce que se originen unas listas de espera cuanto menos considerables, además de conllevar otros problemas añadidos. «Hay situaciones, como en el caso del maltrato familiar, en las que no conviene que la niña permanezca en su casa mientras espera a que le den plaza. Entonces se suele recurrir a un pariente, pero no siempre esto es posible».
En otros casos, incluso, las chicas son internadas en centros de menores de catorce años, que tienen que abandonar al cumplir 18, aunque aún no hayan completado su pena.
Para los chicos el panorama es algo menos desolador, al contar con más centros de internamiento, dos de ellos en la provincia de Cádiz, los que no obstante suelen presentar una importante demanda. Aunque pueden fijarse condenas de régimen cerrado, sin que el interno salga de estas instalaciones, lo habitual es que se opte por el semiabierto, y sus salidas se vayan sucediendo de forma progresiva, al principio en manos de los educadores y luego con la familia, hasta llegar a obtener permiso de libranza durante los fines de semana. A pesar de que los centros de internamiento, a priori, asustan a los chavales e incluso producen un recelo mayor entre los padres, los profesionales recuerdan que a menudo resulta ser la mejor opción en aras de una buena y completa reinserción.
Según Martínez, se calcula que la Administración se gasta alrededor de 360 euros por día y por niño en estas instalaciones, en las que disponen de todos los servicios necesarios. «Yo les digo a los padres que es como una beca de la Junta de Andalucía. Hay algunos que mandan a sus hijos a sitios como Campillos, y sin embargo esto les sale gratis».
En los centros se les enseña a cosas tan fundamentales como las rutinas a la hora de lavarse, de comer o de mantener un orden, fijándoles una disciplina y unos hábitos que podrán beneficiarles en el futuro, además de facilitarles la posibilidad de estudiar, formarse y realizar diversas actividades. Para ello, estos recintos tienen profesores, psicólogos, trabajadores sociales y médicos que velan por los intereses de los menores, además de un sistema de seguridad y mantenimiento. Lo fundamental, como recuerda el juez, es sacarlos de su entorno y que aprendan a convertirse en personas nuevas.