JEREZANA. La joven, de 27 años, estudió en el conservatorio jerezano el Grado Medio de piano. / TAMARA SÁNCHEZ
Cultura

«Exprimirme al máximo es la única forma de llegar a algún sitio»

Nuria Núñez ganó el primer premio del galardón más prestigioso de España de jóvenes compositores Ahora se plantea continuar su formación en el extranjero

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Nuria Núñez empezó a estudiar música a los diez años en el Conservatorio Joaquín Villatoro de Jerez. Con 27 ya ha ganado el primer premio Xavier Montsalvatge del Premio de Jóvenes Compositores de la Fundación Autor, entregado la pasada semana en Madrid.

-¿Cómo recibió la noticia de que estaba entre los finalistas del concurso más prestigioso de España de jóvenes compositores?

-Cuando me llamaron por teléfono iba hacia Córdoba en el coche. Me tuve que parar en el primer pueblo que vi y llamé a mis padres y mis compañeros. Ya en Madrid, tuve un ensayo con Taller sonoro, el grupo que interpretaba mi obra. Tras las conciertos y la deliberación -de diez minutos- dieron los premios.

-Y en este caso se cumplió eso de que los últimos serán los primeros.

-El jurado dijo que había muy poca diferencia entre el segundo y el primero. Cuando dijeron el tercero, pensé que el siguiente sería mi nombre pero no lo fue. Se oyó un murmullo detrás mía. Estaba sentada con mi pareja -que no se lo podía creer- miré a mis padres y estaban muy emocionados. Pensé incluso que el primer premio se había quedado desierto y que yo estaba fuera.

-Ya han pasado unos días, ¿cómo lo recuerda ahora?

-Intento darle un poco de perspectiva y, sobre todo, pienso en que emplearé el dinero en seguir formándome. Ahora me puedo plantear hacer cursos de perfeccionamiento en dirección orquestal en el extranjero y seguir de cerca a algunos profesores. Hay dos corrientes importantes, la francesa y la alemana, y sus centros neurálgicos son París y Berlín. En España he asistido a casi todos los cursos de música contemporánea.

-¿Cómo empezó en esto de la música? ¿Viene de familia?

-Para nada. Mi madre es la más artista porque es pintora aunque no profesional. Yo tuve un profesor en el colegio que es miembro de la Banda Municipal de Música y él me inculcó el gusanillo por la música, me introdujo en el Conservatorio donde tuve profesores muy buenos como Mercedes Durán, Julio Lozano o Francisco Orellana. Ellos me transmitieron las ganas de seguir. Cuando hice el Grado Medio de piano me di cuenta de que lo mío no era interpretar sino crear. Hice las pruebas para el Grado Superior de Composición en Córdoba y terminé en septiembre.

-¿Qué recuerdos tiene de su primera etapa musical en Jerez?

-Son muy bonitos. La música era un juego. Iba a clase a divertirme. Los profesores hicieron que no fuera una obligación.

-Hábleme de la obra.

-Sombras azules sobre lienzo rojo para ensemble está inspirada en procesos pictóricos. Creo que tiene que existir la interrelación entre las artes. Los mismos procedimientos que se emplean para pintar un cuadro los he intentado aplicar a la música. El hecho de crear puntos de tensión, puntos de fuga, mezclar colores... Se basa en la antinomia entre el rojo y el azul. La obra es mi proyecto de fin de carrera y he estado con él durante todo el curso. La ha tutelado mi maestro Francisco José Martín Cantero, que ha sido mi referente durante estos años. Es preferible dedicarse a una obra por entero y hacerla en condiciones. La gente se piensa que la inspiración cae del cielo pero es un proceso de sentarte a pensar durante muchas horas al día, estar metida totalmente en la obra y sacrificar otras cosas.

-¿Para qué instrumentos está compuesta la obra?

-Para flauta, clarinete bajo, fagot, piano, violín, viola, violonchelo, timbales, tamtam y bombo sinfónico.

-Es una compositora licenciada en Veterinaria.

-Mi familia quería darme una formación universitaria y cuando me fui a Córdoba a los 18 años no es que no tuviera claro que me quería dedicar a la música sino que todavía estaba en un nivel elemental para saber si era buena o no. Con la carrera tenía un respaldo universitario. Lo de elegir veterinaria es que siempre me he gustado la Medicina, en general, y los animales, en particular. No es totalmente vocacional. La música y la veterinaria no tienen nada en común salvo que últimamente se está empleando música de Mozart para que las gallinas y las vacas produzcan más -ríe-. Pero tengo la profesión de veterinaria muy abandonada y estoy apostando por la música: quiero llegar lo más alto que pueda. Me llena y cuando te dedicas a ella en cuerpo y alma, te recompensa. Quiero exprimirme al máximo porque es la única forma de llegar a algún sitio.

-Incluso ha trabajado como veterinaria.

-Estuve haciendo prácticas en Zootecnia Jerezana y el último año de carrera musical lo costeé trabajando de técnica de calidad en el matadero municipal de Córdoba.

-Seguro que tiene proyectos pendientes...

-Quiero empezar con mi primera obra orquestal seria y espero estar seleccionada para la Cátedra Manuel de Falla de este año.

-En la final del certamen había tres chicos y una chica. ¿Siguen siendo pocas las mujeres en esto también?

-Sí, seguimos siendo muy pocas, aunque sé que en primero de Composición en Córdoba han entrado muchas chicas. En el grupo de compositores andaluces en el que me muevo -estamos constituyendo la asociación Suono del niente- somos tres chicas y unos doce chicos.

vmontero@lavozdigital.es