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«Tocar en El Puerto es un placer, es como montar la fiesta en casa»
El cantautor Javier Ruibal actúa esta noche en el ciclo inaugural del Teatro Pedro Muñoz Seca El artista dará «lo máximo» en su ciudad natal
Actualizado: GuardarSus poemas cantados han visitado medio mundo. Sus fábulas de amores desgarrados y urgentes encuentros han conquistado miles de escenarios: La Habana, Tel Aviv, Londres, Cannes, Argel, Japón, Líbano, Madrid... han sido testigos de sus palabras encantadas por ecos sefardíes y aires flamencos y de jazz. Pero, lo de esta noche será diferente. Javier Ruibal lo sabe y por eso llega «con ganas y tremendamente ilusionado a casa». A El Puerto, donde a las nueve de la noche pisará por primera vez el nuevo teatro Muñoz Seca.
«Se percibe de una forma especial», comenta el cantautor. «Es una mezcla de nerviosismo y excitación, pero también de responsabilidad de saber que cantas delante de los que más te conocen. De los que más pueden escudriñarte. Por eso hay que salir al escenario con una buena dosis de precaución y de euforia para hacerlo lo mejor posible», confiesa el artista portuense.
Y para esta ocasión tan especial que significa bautizar con su voz el nuevo teatro de su queridísimo pueblo, Ruibal ofrecerá un repertorio variado. «Un puñadito de canciones», dice él, que recorran toda su trayectoria hasta el último disco de estudio, Lo que me dice tu boca que ya presentó en el Monasterio de la Victoria hace más de un año. «También tocaré las simbólicas», adelanta para respiro de los ruibaleros. «Si no las toco, te vas y parece que no lo has dado todo».
Juventud y veteranía
El cantautor regresa a casa muy bien acompañado por la juventud de otro portuense, José Recacha (guitarras española y eléctrica), del roteño Deejay Foster (contrabajo) y de su hijo Javi Ruibal (batería y percusión), además de por la veteranía y la experiencia del maestro Tito Alcedo. «Es una satisfacción rodearse de gente joven, con ganas, que sabe lo que hace y lo que quiere», comenta el autor de esta mezcla explosiva.
Además, Javier Ruibal se sube a un escenario en casa después de que hace unos meses le concedieran la Medalla de Oro de Andalucía. «La recibí como una gentileza que se me daba por la coherencia mantenida durante mi carrera artística», valora el intérprete la distinción. Un logro, como tantos otros, que no le ha subido los humos. «Si uno llega a tener un equilibrio entre sus valores y estas cosas, la cabeza se mantiene en su sitio. Tienes que pensar que el hecho de que te ocurra algo así es prudentemente razonable pero que no te lo mereces».
Ruibal reivindica el derecho que tenían los portuenses de tener por fin un espacio oficial dedicado al arte. «Somos muchos y con un gran criterio de la diversión. Ya era hora que El Puerto tuviera su teatro. Lo digo como espectador y como artista». Y concluye: «Ahora habrá que llenarlo de contenido y convertirlo en un foco cultural de la Bahía».
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