Cultura

El espectacular regreso de los chicos de ayer

La buena acogida por parte del público, el mercado y la industria discográfica anima a viejas glorias del rock y del pop a volver a la carretera para aprovechar el tirón

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Decía Gardel que veinte años no es nada. Y, aunque estén muy lejos del estilo del rey del tango, lo mismo han pensado Sting, Andy Summers y Stewart Copeland. El regreso de The Police, oficializado en febrero en los Grammy, inició una febril retahíla de vueltas a los escenarios de grandes bandas que, de momento, ha cerrado el anuncio de la vuelta de los Jackson Five, y que este lunes ofrecerá a los aficionados al rock un auténtico momento mágico con la reaparición de Led Zeppelin.

Con mayor o menor gloria -y respeto a la formación original-, entre los padres de Roxanne y los chicos de oro de la Motown Records en este 2007 también han iniciado giras de reencuentro o anunciado retornos Eagles, The Who, Genesis, Sex Pistols, Queen, The Doors, The Stooges, Spice Girls, Rage Against the Machine, Smashing Pumpkins, Nacha Pop, Héroes del Silencio, Los Ronaldos, No Doubt, Backstreet Boys...

«Supongo que cada quien tiene sus motivos. A nosotros nos hacía mucha ilusión volver a trabajar juntos. Además, nos emocionaba reencontrarnos con el público de siempre y acercarnos a otro, más joven, que nos ha descubierto durante estos años», asegura Nacho García Vega. Desde que en 1988 anunciarán su disolución, el regreso de Nacha Pop ha sido uno de los más deseados -y respaldados- por el público español. Más de 200.000 personas les han visto en alguno de los 15 conciertos con los que ahora editarán un DVD.

Como justificación pública a su regreso, casi todos los resucitados suscriben las palabras de García Vega, aunque en algunos casos no resulten tan creíbles. La mayor parte de la promoción de The return of the Spice Girls se ha basado en las disputas entre las integrantes del quinteto; a estas alturas parece obvio que sólo la agria relación entre Roger Waters y David Gilmour impide la reunión al completo de Pink Floyd; y, en España, las malas lenguas aseguran que la renuencia de Héroes del Silencio a conceder cualquier entrevista es, simple y llanamente, para no tener que aguantarse más de lo justo y necesario. Se lo pueden permitir; cuando se han vendido más de seis millones de discos en más de 37 países, el propio anuncio del regreso es suficiente promoción para cualquier gira, disco o DVD. Así, sin más esfuerzos, han conseguido que una avalancha de medio millón de personas les siga en los diez conciertos internacionales de su minigira.

Claro que también hay quien reconoce que si vuelve a la carretera y a aguantar egos ajenos es por dinero. Ya en 1996, en su primer regreso, los Sex Pistols no tuvieron ningún pudor en bautizar su gira como Filthy lucre live, o sea, en vivo por el lucro obsceno. Este año, que se celebra el treinta aniversario del nacimiento del punk, insisten en el regreso porque, al fin y al cabo, si hay tantas bandas ganando dinero a costa de lo que ellos inventaron, lo mínimo que ellos deben hacer es «pasar la gorra».

En cualquier caso, sean cuales sean los motivos reales de los regresados, todos son bienvenidos por una industria discográfica muy consciente de que en la música, como en la moda, todo vuelve. «A medida que pase el tiempo existirán más bandas separadas o extintas susceptibles de ser reunidas o resucitadas. En los setenta todo era nuevo, y pocas bandas se podían recuperar; en los ochenta, las bandas de los setenta se apagaban; en los noventa resonaron los tambores del pop y el rock primerizo pero con nuevas bandas», explica Vicent Argudo, director de los40.com.

Es decir, que, si el tiempo lo permite, sólo hace falta una excusa. «Por ejemplo, los Sex, que lograron que la gente se volcara con ellos en los noventa pensando que era la última ocasión para verles, dicen que ahora vuelven por el treinta aniversario de su disco Never mind the bollocks. Mañana será para conmemorar la muerte de Sid Vicious. Siempre habrá algún motivo», subraya Argudo. En este sentido, 2007 ha sido un año especialmente prolífico en coartadas. Para todos los gustos. Veinte años del primer disco de Héroes del Silencio y del último concierto de The Police; bodas de plata de la movida madrileña; el ya mencionado treinta aniversario del punk y de la composición de Hotel California (Eagles); cuarenta años de la publicación de Piper at the gates of dawn (Pink Floyd) y Strange days (The Doors)...

¿Cómo no aprovechar este filón en un momento, además, en el que el grupo de edad que más discos compra es el que ya ha superado los cuarenta años? «El público antiguo de estas grandes bandas tiene ahora un mayor nivel adquisitivo, lo que, como es lógico le convierte en un objetivo comercial claro. Pero, con ser importante, no es el único factor que explica este fenómeno. El umbral de quienes compran discos y no sólo piratean está en los 25 años, por lo que también hay un público muy joven al que dirigirse», explica Miguel Macipe, director de música y cine de Fnac. «El interés por la música ha crecido mucho en los últimos años, esto hace que incluso muchos jóvenes dispongan de mucha música y conocimientos sobre la obra de estos grupos a pesar de no haber vivido su éxito», coincide Alfonso Santiago, socio fundador de Last Tour International, promotores, entre otros, del vitoriano Azkena Rock Festival.

«No creo que el nivel adquisitivo relacionado con la edad sea fundamental para justificar estos regresos. A ningún joven le importa dejarse en la entrada de un festival 150 euros, sin contar el consumo en el recinto durante los conciertos y los gastos derivados del viaje y la estancia. El problema con la compra de discos es que para muchos es más fácil bajárselo que ir a comprarlo, independientemente de lo que cueste», argumenta el director de los40.com. «Tener un público más adulto no supone ninguna ventaja especial porque también es un colectivo con cargas familiares y compromisos laborales», subraya el promotor Alfonso Santiago.

Las bandas clásicas logran con total seguridad una gran respuesta comercial en sus regresos y recopilatorios, pero la nostalgia es también un arma de doble filo. «Los años no pasan en balde. Yo siempre digo que dejamos un buen sabor de boca y que esta es una ocasión inmejorable para estropearlo», bromea Nacho García Vega.