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«Ahora voy a ser famoso»

El joven que acribilló a ocho personas en un centro comercial de Nebraska lo anunció en una nota en la que pedía disculpas Había sido despedido y abandonado por su novia

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En lo que empieza a ser un monstruoso pero inexcusable cliché de brutal violencia armada, Estados Unidos intentó ayer encajar a veinte días de las navidades la traumática noticia del asesinato de ocho personas en un centro comercial a manos de un joven de 19 años. Un muchacho con antecedentes policiales, ignorado por su familia y con evidentes problemas mentales, pero capaz de hacerse con un rifle semiautomático de asalto y abundante munición.

El protagonista de la matanza -perpetrada en la ciudad de Omaha, dentro del estado de Nebraska- ha sido identificado como Robert A. Hawkins. Según el relato facilitado por la Policía local, el joven se presentó el miércoles por la tarde en los grandes almacenes Von Maur, una cadena concentrada en el medio-oeste de Estados Unidos. Con premeditación, y según han demostrado diversas cámaras de seguridad, el atacante habría ocultado su arma de fuego envuelta entre prendas deportivas, logrando llegar hasta el tercer piso de un atrio sin levantar las sospechas del personal de seguridad.

Desde su posición de ventaja, Hawkins interrumpió la música navideña y las colas de compradores con una salva de decenas de disparos que costó la vida a ocho personas, seis empleados y dos clientes. Además dejó cinco heridos, dos en estado crítico. Terminado su tiroteo a sangre fría, el joven utilizó el mismo rifle -un modelo ruso SKS presuntamente propiedad de su padrastro- para suicidarse.

El historial de este 'rambo' encaja perfectamente en el perfil de jóvenes asesinos en serie forjados por Estados Unidos en los últimos años. Con graves problemas psicológicos y varios antecedentes policiales por drogas y alcohol, A. Hawkins había roto recientemente con su novia y había sido despedido de su trabajo en un establecimiento de la cadena McDonald's, supuestamente por robar 17 miserables dólares (11,6 euros). Dentro de esta espiral de graves problemas, desidia e insuficiente ayuda, el asesino abandonó en marzo de 2006 los estudios de bachillerato que cursaba en un 'high school' local.

Cobijado por amigos

Desde hace más de un año, y tras haber intentado sin éxito alistarse en el Ejército, el asesino vivía en casa de dos hermanos amigos, posiblemente tras haber sido rechazado por sus propios padres divorciados. Una hora antes del tiroteo, Hawkins llamó por telefoneó a la señora que le había dado cobijo, Debora Maruca-Kovac, para indicar dónde podía encontrarse una nota de despedida. Texto filtrado en el que el joven se disculpa «por todo», describe su vida como «un pedazo de mierda» y anuncia que «ahora voy a ser famoso».

En lo que va de este año, Estados Unidos ha sufrido un rosario de tiroteos e incidentes armados tanto en centros comerciales como instituciones educativas, incluido el asesinato de más de treinta profesores y estudiantes perpetrado el pasado mes de abril en la Universidad Politécnica de Virginia.