Los compañeros del agente Fernando Trapero reciben sus restos con honores y lágrimas

Más de 200 guardias civiles se congregaron ayer en la base aérea de Getafe para recibir los restos mortales de Fernando Trapero Blázquez, el agente fallecido el miércoles en la localidad francesa de Bayona, tras permanecer cuatro días en coma después de sufrir un atentado de ETA, en el que murió el pasado sábado su compañero Raúl Centeno Bayón.

En la pista del aeródromo próximo a Madrid se vivieron momentos de intenso dolor poco antes de que los restos mortales de Trapero fueran conducidos al colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada, en la localidad madrileña de Valdemoro, donde sus compañeros velaron sus restos en una capilla ardiente reservada sólo a los más íntimos por deseo de la familia.

El avión C-295 de la Fuerza Aérea que transportaba el féretro de Trapero, el mismo aparato que trajo a España los restos de Centeno, tomó tierra en Getafe a las 15.40 horas, tras un vuelo de 70 minutos desde el aeropuerto de Burdeos. Junto al cadáver del agente viajaron cuatro de sus compañeros del Grupo de Apoyo Operativo (GAO).

Breve responso

A pie de escalerilla, esperaban el cuerpo los ministros de Interior y Defensa, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Antonio Alonso; el secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho; el director de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida; el presidente del Senado, Javier Rojo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y numerosas autoridades civiles y militares. A escasos metros se situaron los familiares, entre ellos decenas de vecinos de la localidad abulense de El Tiemblo, los padres del agente, su cuñado, su hermana y su novia. Estas dos últimas, con los rostros desencajados y las miradas perdidas, apenas pudieron contener el llanto durante los 20 minutos que duró el homenaje en Getafe.

También hubo lágrimas entre las decenas de sus compañeros del GAO y de los servicios de Información que, en formación, recibieron los restos mortales del agente, junto a una unidad de honores de la Guardia Civil y más de cien comisionados de diversas unidades del cuerpo.

Ocho miembros del GAO fueron los encargados de descargar el ataúd del agente, sobre el que descansaba una bandera de España y su tricornio. El capellán castrense de la base, acompañado de otros tres religiosos, ofició un brevísimo responso poco antes de que los compañeros de Trapero llevaran el ataúd a hombros hasta el coche funerario, mientras la banda de la Guardia Civil tocaba la marcha fúnebre de Chopin.

Fue entonces cuando se vivieron los momentos más emotivos. Las dos jóvenes guardias que portaban en cabeza el féretro rompieron en llanto, mientras la novia del agente, Miriam, destrozada, se fundía en un abrazo con la hermana de Fernando Trapero. Pérez Rubalcaba, Alonso, Camacho y Mesquida trataron, sin éxito, de consolar a los padres.

Pero el sentido homenaje a Trapero en Getafe no fue el único del día. El tradicional izado de la bandera de la madrileña de Colón en el Día de la Constitución también se convirtió en un recuerdo a los dos guardias civiles asesinados. La Compañía de Guardias Jóvenes 'Duque de Ahumada', a la que perteneció en su día Fernando Trapero, fue la encargada de desfilar ante las autoridades políticas que asistieron al acto.