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DE CERCA. Militares escoltan a un preso en Guantánamo. / AP
MUNDO

El Supremo revisa el derecho de los presos de Guantánamo a defenderse en los tribunales

La audiencia analiza el caso de Murat Kurnaz, retenido cinco años pese a que la CIA lo creía inocente

MERCEDES GALLEGO
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Cientos de personas se congregaron ayer ante el Tribunal Supremo de EE UU para asistir al tercer caso sobre Guantánamo que llega al máximo órgano. Sólo unos cuantos de los cincuenta que desafiaron la nieve lograron oír el caso que el Centro para los Derechos Constitucionales considera «el más importante de la última década». Sobre la mesa, el derecho de 305 prisioneros extranjeros a defenderse en los tribunales estadounidenses. El hombre que enarbolaba su defensa era Seth Waxman, un viejo conocido para los magistrados porque durante el Gobierno de Bill Clinton trabajó como abogado del Supremo. Junto a la ristra de colegas que ayer querían hacerse oír estaban los abogados de Murat Kurnaz, ciudadano alemán al que EE UU retuvo en Guantánamo durante cinco años pese a que la CIA le consideraba inocente. Su crimen fue viajar a Pakistán tres semanas después del 11-S para visitar lugares santos.

Cuando la inteligencia estadounidense y alemana le entrevistaron un año después determinaron que «su inocencia está probada y será liberado en cuestión de seis u ocho semanas», publicaba ayer 'The Washington Post'. Aún tardaría cuatro años en salir, y gracias a que Bush quería reconciliarse con Alemania tras la victoria de Merkel, que le presionó en privado. Su caso ilustra la situación en la que pueden encontrarse algunos de los «peligrosos terroristas» como él que siguen en Guantánamo sin derecho a defenderse. El Supremo ordenó que fueran juzgados, y el Congreso republicano elaboró una ley para que lo haga un tribunal militar que, según la juez federal Joyce Hens Green, está alineado contra de los prisioneros.

Nada de esto parecía importarle ayer a los jueces Roberts y Scalia, que acribillaron a los abogados de los presos durante la audiencia. «Enséñeme un sólo caso en los 220 años de historia de nuestro país, o los 500 del imperio británico, en que se le haya concedido el 'habeas corpus´a un extranjero en un territorio que no estuviera bajo el control soberano de Estados Unidos o Inglaterra», le retó Scalia. Y Waxman le habló de los indios juzgados en la isla de Jersey.