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La Gendarmería arresta a dos presuntos asesinos de los dos guardias civiles
Asier Bengoa y Saioa Sánchez fueron detenidos en el Macizo Central al cabo de cuatro días de caza al hombre a cargo de 3.000 agentes
Actualizado: GuardarAl cabo de cuatro días de una caza al hombre por todo el suroeste de Francia que movilizó a 3.000 agentes, la Gendarmería francesa detuvo ayer en el Macizo Central a dos de los tres presuntos componentes del comando de ETA que asesinó el sábado en Capbreton (Las Landas) a los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, que falleció ayer a mediodía en el hospital de Bayona. La pareja formada por Asier Bengoa López de Armentia -huido hace un año para eludir una condena de la Audiencia Nacional por dirigir el aparato de captación en Alava- y por Saioa Sánchez Iturregi -en paradero desconocido desde que en diciembre, en plena tregua, se descubrió un zulo etarra en Amorebieta- fue arrestada cuando esperaba un autobús para proseguir hacia el centro del país una fuga que ya acumulaba más de mil kilómetros. El dispositivo policial de búsqueda permanece activado para dar con el paradero del tercer activista implicado en el primer atentado de ETA contra la Guardia Civil en Francia.
«Son los presuntos autores del doble crimen, se ajustan perfectamente a las descripciones y las informaciones que nos habían suministrado», declaró Bruno Roguiez, comandante de la Gendarmería de Montpellier. Oficialmente los dos sospechosos permanecían anoche a disposición policial en la comisaría de Montpellier (hoy serán trasladados a París) en el marco de una investigación preliminar por asociación de malhechores con fines terroristas y la tentativa del robo de un coche registrada el lunes cerca de Périgueux. El caso, diferente al incoado el sábado a raíz del atentado de Capbreton, ha sido encargado por la Fiscalía de París a la Subdirección Antiterrorista (SDAT) y a la Policía Judicial de Montpellier.
La fusión de ambas causas en un mismo sumario a cargo de los juzgados antiterroristas dependerá del resultado de las comprobaciones que se están llevando a cabo sobre las huellas dactilares y genéticas halladas en los distintos escenarios así como los peritajes balísticos de casquillos y armas intervenidas. En apariencia, la implicación de los detenidos en el atentado se encuentra avalada por algunos indicios significativos como los cambios que habían introducido a última hora en su fisonomía.
El hombre se había afeitado la perilla que lucía y la mujer acababa de teñirse de moreno, con el tinte de un frasco que le fue ocupado, su cabello recién cortado, del que se encontraron mechones en el Clio en que realizaron parte de su escapada. En la foto de uno de los numerosos carnés de identidad falsos que llevaba aparece con melena rubia y los característicos pendientes grandes que habían llamado la atención tanto en Capbreton como en Dordoña.
Se les confiscaron un revólver 357 Magnum, una pistola automática del calibre 9 milímetros, una fuerte suma de dinero en metálico y documentos de identidad españoles y franceses falsificados, incluidos carnés policiales. La mujer llevaba un EHNA, el carné vasco promovido por la izquierda independentista, con el falso nombre de Amaia Alonso Echaniz.
Intento de robo del Golf
La fase final del periplo de esta pareja de etarras comenzó a las 13 horas del lunes en Gabillou (Dordoña), una aldea de 90 habitantes, donde la pareja intentó robar un Volkswagen Golf negro aparcado junto a una casa de campo con las llaves en el salpicadero. Alertado por el ruido del motor, el dueño, un joven de 20 años que comía con sus padres, salió de la vivienda, montó por la puerta del copiloto y forcejeó con un intruso que se había puesto al volante. El coche terminó en un prado y el frustrado ladrón escapó en un Clio verde matriculado en Alto Garona y conducido por una mujer, que también iba armada.
La pista de los fugitivos reaparece 24 horas después, a las 13.30 del martes, en el término municipal de Puylaurens (Tarn), 250 kilómetros más al sur por carretera.
Con el Clio verde inmovilizado por un accidente, se ponen a hacer auto-stop y son recogidos por una automovilista que les lleva hasta la plaza central de Revel (Alto Garona), 14 kilómetros al sur.
Hacia las cuatro de la tarde, los gendarmes del departamento se enteran por un testigo de que una pareja de españoles, que se expresan con fuerte acento, ha llegado a Revel 'a dedo' tras abandonar un Clio verde. Este detalle enciende las alarmas y de inmediato se despliega un impresionante dispositivo de búsqueda. Los militares de la compañía de Villefranche-de-Lauragais, reforzados por un escuadrón de la gendarmería móvil de Toulouse, ponen controles en un radio de diez kilómetros en todas las salidas hacia Toulouse, Castres y Castelnaudary.
El cerco, con inspección minuciosa de los vehículos, provoca embotellamientos kilométricos que no se conocían en la comarca desde la llegada del Tour en 2005. Pero el dispositivo es desactivado a las 20.30 horas sin haber dado resultados. Para entonces, los fugitivos hace tiempo que han llegado a Toulouse, a medio centenar de kilómetros al oeste, a bordo de un autocar de línea.
En la misma estación de autobuses de la capital de Mediodía-Pirineos, la pareja coge un taxi que les conduce hasta Villefranche de Rouergue, distante 120 kilómetros al norte. En esta localidad del departamento de Aveyron toman un segundo taxi con el que recorren en dirección Este los 158 kilómetros que les separan de Mende, capital de la provincia de Lozère.
Son las diez de la noche del martes cuando la pareja se registra en el Hotel de Comerce de Mende, donde pernocta. Ayer por la mañana, tras desayunar, reservan en recepción un taxi con la intención de dirigirse a Châteauneuf-de-Randon (Lozère). Pero al llegar a la altura de la pedanía de Habitarelle, una vez recorridos 28 kilómetros en dirección nordeste, pidieron bajarse en una parada de autobuses situada en un cruce de carreteras y le pagaron la carrera al taxista con un billete de 50 euros.
Los fugitivos entraron en el bar del Hotel de la Poste, contiguo a la parada, tomaron una consumición y se enteraron de los horarios para llegar a Le Puy en Velay o a Privas, adonde querían ir. Al cabo de media hora salieron del establecimiento con la intención de esperar al autobús que debía pasar a las 12.45. A las doce y cuarto una decena de gendarmes se echaron sobre ellos y pusieron epílogo a sus andanzas.