La Rioja aventaja al enoturismo del Marco de Jerez en un lustro Coordinación entre bodegas

Ayer quedó claro que La Rioja aventaja a la comunidad andaluza en enoturismo. En concreto le saca cinco años de coordinación pública, un plan estratégico completo y seis millones de presupuesto para promoción gestionados por la entidad La Rioja Turismo S. L. U. Todo esto arroja unos resultados que aún no están ni en las previsiones más optimistas del segmento enoturístico andaluz y, mucho menos, del Marco de Jerez -como marca de prestigio mundial de la provincia-. También es cierto que los caldos de la comunidad del norte de España son el principal atractivo para el turismo y que todos sus esfuerzos han de ir enfocados a ese potencial, mientras que en la provincia el sol y playa es el motor económico del turismo.

Pero, aún así, las cifras presentadas por la directora general de Turismo del Gobierno de La Rioja, Mónica Figuerola, en su ponencia desarrollada en el Congreso organizado por la UCA, son significativas. En este ejercicio, el sector turístico relacionado con la cultura del vino dejó en las arcas riojanas más de 240 millones de euros y generó un gasto medio por turista de unos 57 euros al día, sin contar con el presupuesto dedicado a las estancias en hotel -mientras que en el Marco de Jerez la cifra supera los 17 euros, sumados los gastos en entrada a bodegas y tiendas-. La diferencia indica ya que la comercialización de los productos está fallando, porque queda fuera de toda discusión que la calidad de los vinos del Marco de Jerez no pueda competir con los caldos del norte.

Un lustro

Figuerola apuntó que la administración regional lleva cinco años trabajando en la planificación y puesta en marcha de un plan estratégico dedicado exclusivamente a este segmento turístico, con proyectos específicos como el Plan para el Patrimonio del Vino de Haro o el Plan del Vino de Logroño. «Durante los años 2002 y 2003 nos dedicamos exclusivamente a crear producto, ya que nos dimos cuenta de que no teníamos una oferta concreta. Teníamos bodegas, vinos, cultura, monumentos relacionados con nuestras producciones pero no teníamos productos diferenciados», apuntó Figuerola. Una vez dado este paso previo se puso en marcha el Plan Estratégico del Vino -con fondos comunitarios del proyecto Interreg-, en el que se presentaron cincuenta actuaciones concretas. De este programa comunitario, 600.000 euros fueron destinados a La Rioja, cofinanciados por las administraciones riojanas al 50%, cuya partida más importante fue destinada a la promoción, que culminó con la campaña televisiva, en formato cinematográfico, La tierra con nombre de vino, que fue ampliamente premiada en diferentes ámbitos.

En cuanto a la dinamización de productos turísticos enológicos La Rioja ha desarrollado a lo largo de los últimos cinco años los siguientes: Vinobus, un transporte turístico público (con tres rutas diferentes); La noche del vino y las estrellas, en San Lorenzo, en la que se organizan jornadas de puertas abiertas en las bodegas, con recitales musicales y actividades que giran alrededor del vino; la Fashion Wine, en la que diseñadores prestigiosos han vestido las botellas de las cinco bodegas más importantes del territorio; y otros muchos productos que se pueden encontrar en su oferta comercial en internet.

mmorales@lavozdigital.es La Administración riojana ofrece apoyo económico y técnico a las bodegas dedicadas al enoturismo a cambio de que abran los fines de semana; que ofrezcan las visitas en dos idiomas, como mínimo; y que no exijan cita previa para asistir a una de estas instalaciones. La Rioja Turismo tiene un compromiso firmado con 58 bodegas para asegurar que se cumplen estos requisitos mínimos. Como ejemplo de lo necesario de emprender estas actuaciones vale el ejemplo de que en las quince bodegas de Jerez que aparecen en el folleto de las Rutas del Vino de España, sólo dos abren todo el fin de semana y otras dos ofrecen sus visitas guiadas hasta el sábado. Las otras once sólo se mantienen abiertas de lunes a viernes, un horario poco apropiado con el perfil del enoturista, que suele hacer escapadas cortas para visitar territorios vinícolas en fin de semana o en puentes como el próximo de diciembre.