Opinion

Casa-hermandad en La Granja: espacio cautivo

Desde hace varios meses asociaciones y vecinos/as de la Bda. La Granja venimos protestando contra la cesión por parte del Ayuntamiento de un solar público de nuestro barrio -en la calle Huelva- a la Hermandad del Soberano Poder en un convenio que firmó la alcaldesa cinco días antes de las elecciones municipales. Aunque ahora el Gobierno municipal se esfuerza en desmentirlo, había un compromiso municipal de construir en dicho lugar un espacio libre de juegos para niños. No nos lo hemos inventado, las expectativas del vecindario al respecto se basan en compromisos expresados en asambleas de los Presupuestos Participativos y mediante una carta de la Gerencia Municipal de Urbanismo.

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Los delegados municipales intentan marear la perdiz prometiendo muchos parques en el Distrito Granja-Delicias, pero hay un terreno que no están dispuestos a tocar: el que ahora han regalado a una cofradía. Está claro que con la Iglesia hemos topado, pues ese solar está cautivo del buen rollito que hay entre PSOE local y mundo cofrade. Pero nuestra reivindicación también está clara: Queremos que no se ceda más espacio público de La Granja a ninguna entidad particular, y que el lugar donde iba un espacio libre de juegos para la infancia no se convierta en un edificio confesional para el culto privado. Y seguiremos con las movilizaciones mientras no se dé marcha atrás en ese injusto acuerdo.

Lamentablemente, éste no es el único caso en el que el Consistorio sacrifica equipamientos y dinero público para agasajar a entidades religiosas. Recientemente hemos visto como enla Avenida de Nazaret se cedía otro solar donde debía construirse un centro cívico a una iglesia evangelista. Pero lo destacable del caso es que dicha comunidad protestante ha renunciado a ese solar para no causar perjuicio al vecindario. ¿Por qué no hacen lo mismo los católicos de la Hermandad del Soberano Poder?

Los concejales del PSOE argumenta que nuestra propuesta de parque infantil no tuvo los suficientes votos en las asambleas de los Presupuestos Participativos, pero ellos no se aplican el cuento: ¿cuántos votos tuvo ese convenio firmado con la Hermandad, con nocturnidad y alevosía? ¿qué mecanismo participativo o de decisión democrática siguió?. Esa es la enorme grieta de esta democracia representativa, que da un cheque en blanco a los políticos durante cuatro años para favorecer a quien más les convenga y gobernar escuchándose a sí mismo. Lo siento, pero cada día me siento más distante de ese poder tan poco soberano e ilegítimo, y me siento más cerca de ese no-poder de la igualdad, el asamblearismo y la autogestión del pueblo llano.

Francisco José Cuevas Noa, Asociación Cultural Rebelión en La Granja. Jerez