El 'narcocorrido', expresión de una sociedad en crisis
Los narcotraficantes son los nuevos héroes de la sociedad mexicana y, como tales, protagonistas de su música popular. Los corridos han pasado en poco me- nos de veinte años de elogiar las virtudes de los valientes de la revolución del siglo XIX a relatar a ritmo de polka y acordeón vidas y obras de los capos y de sus seguidores, originarios en su mayoría de zonas rurales y localidades del norte.
Actualizado:En un país en el que la droga es la principal fuente de riqueza y el desempleo sume en la pobreza a la mayoría de la población, la música aparece «como un factor de unidad nacional, portavoz de las miserias cotidianas», asegura la analista cultural azteca Noemie Massard.
El paro aparece unido al narcotráfico, ya que integra un circuito paralelo. Los beneficios de la droga no están sólo reservados a una minoría de traficantes. Desde abajo hacia arriba, todo el mundo saca tajada del tráfico, aunque evidentemente unos ganen más que otros.
Los temas del narcotráfico se generalizaron en los corridos alrededor de 1990, como expresión de una realidad social innegable. Los compositores, recreadores de la vida mexicana y de sus problemas, han tomado como temática esta actividad, delictiva pero aceptada por la sociedad con total tranquilidad.
Los 'narcocorridos' constituyen la voz de la sociedad azteca, sea en los barrios latinos norteamericanos o en la propia tierra natal. Canta lo inadmisible con realidad y lirismo. La paulatina penetración de los 'narcos' en el tejido social mexicano ha dado lugar a una 'narcocultura', de la que los corridos son sólo una manifestación más. Es síntoma de la gravedad de la crisis social que padece hoy México.