TESTIGO. Fanny Tilhet relata su experiencia mientras estuvo retenida. / P. SALVAT (SUD OUEST)
ESPAÑA

«Me dije que eran de ETA y que me iban a matar»

La rehén del grupo que asesinó a un guardia civil en Francia asegura que pasó mucho miedo

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«Pasé mucho miedo, un canguelo increíble. Me hice diez mil preguntas durante ese periplo de dos horas. Hoy me siento aliviada. Sobre todo estoy contenta por haber mantenido la sangre fría y volver a estar con mis hijos y mi marido». Fanny Tilhet, de 31 años, madre de dos niños de 20 meses y 4 años, nieta de un célebre ganadero de corridas landesas, contó ayer su experiencia como rehén de ETA en el diario 'Sud Ouest'.

El testimonio desmiente las versiones de que el comando se separó tras el atentado de Capbreton, de que la mujer del trío partió por separado hacia España o que la rehén fue secuestrada junto a un hijo de corta edad. Este es su relato:

«Acababa de salir de la peluquería, eran las once menos veinte. Fui a buscar mi coche, un Peugeot 307 familiar, al aparcamiento. Al dar marcha atrás se me cruzó un automóvil. Apenas me dio tiempo a girar la cabeza y un hombre se había sentado en el asiento del copiloto. Me dijo que era policía y me pidió las llaves del coche».

«No intenté discutir. Se las di y salí del coche. En ese momento, dos personas, un hombre y una mujer, me agarraron por detrás. Abrieron el maletero del familiar y me empujaron dentro. Grité, pero no había nadie más en el aparcamiento. Arrancaron en tromba. Un poco más tarde la puerta trasera se abrió bruscamente. Rodaban ya a mucha velocidad. Pedí socorro a gritos, sobre todo cuando nos cruzamos con tres personas al borde de la carretera. Incluso pensé en saltar en un momento dado, pero el asfalto desfilaba a toda velocidad. La mujer me indicó que pasara al asiento de atrás con ella. Obedecí y me tapó la cara con la capucha de mi chaquetón».

«Apretujada»

«Al comienzo estaba muerta de miedo. Cuando oí hablar en español, me dije que quizá fueran de la banda terrorista ETA y que me iban a matar. Al cabo de cierto tiempo, acabé por recuperar la sangre fría. Me dirigí a la mujer. Yo iba apretujada entre ella y el asiento de mi bebé. Le dije que tenía un marido y dos hijos, que eran lo que más quería en el mundo, que quería volver a verlos, que me necesitaban. Al comienzo no me contestó. Luego me dijo: 'Tranquila, tranquila... Esta noche casa, marido, niños...'. En ese momento me cogió la mano».

«Cuando el coche se paró, los dos hombres se pusieron manos a la obra. Abrieron la puerta trasera y me pidieron que bajara. Me colocaron un gorro en la boca, que fijaron con una cuerda enrollada alrededor de mi cabeza. Me ataron a un árbol, con la red protectora del coche, por las muñecas y la cintura. Por primera vez, uno de ellos me dijo que eran de ETA y que necesitaban dos horas para huir. Me dijo que no me inquietara, que era joven, que resistiría el frío con mi chaquetón y que alguien acabaría por encontrarme. Al marcharse me dijo: 'Esta noche contarás la historia a tu hijo'. Se llevaron mi teléfono móvil, se fueron al coche y arrancaron en tromba».

La secuestrada Fanny Tilhet consiguió desatarse a las 12.50 horas. Salió a la carretera y una pareja de automovilistas la llevó a la cercana Gendarmería de Léognan (Gironda). A las cuatro de la mañana del domingo regresó a su domicilio en Saint-Sever tras haber prestado declaración en la Policía Judicial de Burdeos.