Menos de 10 centímetros de desviación en el servicio de pago
Cuando entre en servicio, el sistema europeo de posicionamiento global permitirá a sus clientes de pago saber en qué lugar del mundo están personas y bienes con un error inferior a los 10 centímetros. No será esa la opción elegida por la mayoría de los usuarios -quienes hoy emplean sus receptores de GPS para orientarse en sus viajes en coche y en el monte, por ejemplo-, pero éstos también verán mejorada en la versión gratuita la calidad del servicio respecto a la que ofrece el del sistema de satélites estadounidense. Galileo liberará a la Unión Europea y sus socios de la dependencia de Estados Unidos y Rusia. Los sistemas de las dos grandes potencias -GPS y Glonass-, son de origen militar y, por eso, pueden sufrir apagones en caso de conflicto bélico y su precisión es limitada en la versión abierta. Frente a eso, la red de satélites europea será una infraestructura civil que garantizará al viejo continente la disponibilidad permanente de un método de posicionamiento planetario con una precisión de menos de un metro en su servicio gratuito. Será, además, compatible con los sistemas ruso y estadounidense: no habrá que tener varios receptores, dependiendo de la red.
Actualizado:Habrá varios tipos de servicio: el abierto, gratuito y destinado al público en general; los que cubrirán aplicaciones de seguridad y salvamento; el comercial, que será más preciso que el abierto a cambio del pago de un canon; y uno restringido para usos gubernamentales. Las instituciones europeas consideran Galileo un elemento clave para la ordenación del transporte, «en el que aumentarán la seguridad, la eficiencia y la comodidad». Ésa es posiblemente su aplicación más popular, pero servirá para mucho más que facilitar al taxista o conductor la ruta más corta entre dos puntos, ayudar a los pilotos de aviones a orientarse en condiciones meteorológicas extremas o facilitar la posición de un barco extraviado.
Uno de cada diez ciudadanos de la UE sufre alguna discapacidad que dificulta su movilidad. Los invidentes, a los que hasta ahora no servía para nada el GPS estadounidense por sus muchos metros de error, tendrán en Galileo una guía que les permitirá moverse dentro de las ciudades y saber en todo momento dónde están. La Agencia Espacial Europea (ESA) ya ha probado experimentalmente un receptor, de menos de un kilo de peso, que facilita información sonora al portador. El sistema servirá también de apoyo a los enfermos de Alzheimer cuando todavía son autónomos y ayudará a los usuarios de sillas de ruedas y otros dispositivos a trazar las mejores rutas dentro de las ciudades para llegar a sus destinos sin tener que salvar obstáculos. Las personas mayores podrán usarlo para orientarse y, en caso de necesidad, servirá al personal asistencial para localizarlas con precisión y no con decenas de metros de margen, como con el GPS.
Los científicos tendrán también en Galileo un aliado para estudiar las condiciones ambientales de zonas muy delimitadas del planeta y podrán seguir al detalle los movimientos y las migraciones de animales.